Ella amaba a The Smiths,
siempre los escuchaba cuando regaba las flores
que teníamos en el balcón.
También decía que si hubiese conocido a James
Dean me cambiaría fácilmente por él.
- Sí siguiera vivo ahora tendría 86 años.
- Para el amor no hay edad, tonto.
Adoraba las películas de John Hughes.
Era una chica con alma de los 80`s
que bailaba como Allison Reynolds en el Club de
los cinco,
su segunda película favorita.
A veces me despertaba en mitad de la noche de
un salto para tomar café,
decía que era un deseo que le surgió mientras
soñaba.
Y yo, obviamente,
me sentaba junto a ella en el sofá intentando descifrar
el sueño.
Lloraba con películas cómicas mientras todos
reían,
le daba mucha tristeza ver cómo se burlaban de
los protagonistas.
- Cariño, son actores.
- Eres un insensible.
Vaya conflictos teníamos
cuando mirábamos películas de Jim Carrey.
Ella siempre quiso conocer París
y comprar un libro de tapa dura,
bueno,
ella no tenía un libro de tapa dura,
por eso lo quería comprar,
pero en París.
Veía todas las películas de Disney cientos de
veces,
hasta se sabía los diálogos de memoria.
Era hipnotizante ver cómo sus labios seguían perfectamente
cada palabra.
Su favorita era una película antigua que nadie
entendía,
ni siquiera ella,
y eso es lo que la dejaba intrigada.
Me hubiese gustado conocerla en un lugar más
emocionante,
en un cine antiguo, por ejemplo.
Quería darle el mundo,
aunque ella no lo quisiera.
Ella sólo quería todo lo que he mencionado
anteriormente,
James Dean, The Smiths y café.
Tal vez era eso,
deseé tanto estar a su lado,
que descuidé lo que realmente le importaba.
Hasta el momento
en que ya no pude más estarlo.
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