viernes, 23 de octubre de 2020

Desayuno

Estoy haciendo café. Muevo despacio el azúcar que acabo de poner esperando que se disuelva del todo. Me gusta que la mezcla sea exacta, que me deje los labios con sabor a una mañana de domingo en Barcelona, por ejemplo. Puedo oler el té de tu taza mientras untas mantequilla en el pan que todavía está caliente. La tv suena de fondo pero ninguno la ve, tus ojos están en el pan y los míos están en ti. 
Tienes puesta la pijama rosa y un moño en el pelo que deja ver tu cuello largo y blanco que me recuerda a las olas del Pacífico. 
Todavía tengo partes de tus sueños atrapados en el cuerpo, la mirada de "¿qué estás esperando tontito?", el olor a cerveza que tanto me gusta y en los dedos tabaco de liar que ya no soportas. 

El noticiero de fondo rompe la marcha tranquila de la mañana.

-Cariño, voy a la ducha- dices y me clavas un beso. Te levantas, llevas tu taza al fregadero y tarareas una canción que todavía no me has mostrado. 
Me quedo recogiendo la mesa, junto las migas que quedan en el tapete y me pongo a lavar. De rato en rato miro por la ventana la calle.

No lo sabes, pero puede que ese desayuno sea el momento más feliz del día.

sábado, 22 de agosto de 2020

Consejos para Luciano

- Hazle caso siempre a tu madre, las cosas que te dice no son para joderte sino porque te ama.

 - Coge todos los riesgos que puedas sin que se entere tu madre. 

- Si vas en motocicleta no trates de imitar al que va adelante, concentrate en disfrutar de tu máquina y de la carretera. La prisa mata.

- No vendas mi moto.

-Prueba las drogas que quieras pero no te vuelvas adicto (lee el punto de tu madre).

- No vendas drogas.

- Follar es libertad cuando es de mutuo acuerdo, un NO es un NO.

- Llora, llora cuando sientas que quieres hacerlo, verás lo liberador que es.

- Agarra una mochila y viaja por el mundo, no planifiques, no sirve de nada.  

- No poder está bien, pero siempre inténtalo para que te des cuenta tú mismo.

- Tómate una cerveza en un bar en mi honor, procura que no sea una camarera quien te la ponga porque ya no será una cerveza.

- No te hagas poeta.

- Lee, en la parada del bus, en tus ratos libres, en tu habitación... lee siempre que puedas.

- No leas mis libros. 

- Si te preguntan si yo soy tu padre di que no me conoces. 

- Aprende a tocar la guitarra pero no lo hagas en una fogata.

- Trepa los árboles.

- El Teatro no es terapéutico, el teatro no es siempre risitas, que no te engañen.

- No pienses tanto en el dinero y verás que llega solo. 

- Anda a playas nudistas, si no las hay, quítate la ropa cuando quieras hacerlo. 

- Trata de no conducir ebrio, las celdas no son cómodas para dormir.

- Si sientes que tu vida es una mierda mira los noticieros y tu vida te parecerá un paraíso. 

- Acaricia a los perros callejeros, algunas noches serán tus únicos amigos.

- Estar solo está bien si es por decisión.

- No te metas en peleas, pero si tienes que hacerlo, trata de pegar primero. 

- Haz deporte, ponte fuerte pero no te pinches mierdas, no las necesitas.

- Hazte todos los tatuajes que quieras pero nunca te tatues el nombre de alguien ¡por favor!

- No te metas en política. 

- Respeta siempre a las prostitutas, puedes encontrar consuelo en ellas.

- No tengas miedo de tu sexualidad, descúbrela sin complejos. 

- Si llegas tarde a la casa procura que nadie te escuche entrar, así podrás mentir al día siguiente.

- No escuches los consejos de la familia, pero sí escucha a tu madre.

- Anda preparándote para la alopecia.

- No creas en la amistad, esa vaina no existe.

- No tienes que caerle bien a todo el mundo, así que no cambies tu forma de ser sólo por encajar.

- Siempre aprenderás más de las derrotas que de las victorias que te quede claro, aprende a transformar tu rabia en ocupación. 

- El amor lo encuentras en ti mismo, que alguien te ame es consecuencia de eso. 

Y joder,
¡Cómete el mundo a mordiscos!

lunes, 10 de agosto de 2020

El sol le da directo por la ventana y él cierra un poco los ojos. Está sentado apoyado sobre la almohada, todavía no mantiene bien el equilibro pero hace todos los esfuerzos posibles para mantenerse en esa postura. Con sus manos da golpes sobre la cama, sonríe y, joder, yo siento que me vuelve la vida.

Estamos listos para el baño.
Se mueve como si una corriente pasara por su rolludo (y apachurrable) cuerpo mientras le quitamos la ropa. Lo levanto y ambos reímos, nos abrazamos, le doy besos, lo aprieto y con la ternura que le chorrea de los labios los siento en la bañera. 
Él chapotea y se divierte en el agua. La espuma del jabón se desliza por sus brazos y trato, en lo posible, de siempre echarle agua para que no pase frío. 

Cantamos, jugamos, reímos. 

Lo recuesto sobre mi brazo para poder lavarle la cabeza mientras me mira. Le hablo de lo grande y fuerte que está, de lo bello que es, de lo feliz que nos hace. No sé si me entiende, pero con que me mire me basta. 
Mamá prepara la toalla y seca su cuerpo mientras él muerde todo lo que le roza la boca. Yo despejo la cama para acomodar todo lo más rápido posible. Camiseta, pijama y leche. 

¿Sabéis qué es la felicidad?
Un baño por la tarde.

martes, 5 de mayo de 2020

"Este niño no quiere dormir, le gusta la vida y nunca la suelta.
Este niño no quiere dormir, prefiere dejar las pestañas abiertas.
Este niño no quiere dormir, en casa se va siempre de puntillas.
Ni nanas, ni reguetón…
y es que ni por siguiriyas".

Se despierta a las cinco de la mañana y se duerme a las seis de la tarde. Al revés de como lo hacía yo cuando buscaba la vida detrás de la barra del bar.
Tiene la risa fácil y alumbra mucho más que el sol. Me gusta verle reír, es como ver una planta crecer en medio de la acera, como una noche de tabaco liado con los amigos, como una copa de vino en medio de la sed.

"Este niño no quiere dormir, no es hambre, no es frío, el nene esta sano.
Este niño no quiere dormir y todos en vela velando al enano.
Este niño no quiere dormir, no para un segundo, es un torbellino.
Ni tilas ni diazepam...
ni por mandato divino".

En las mañanas lo sentamos en su pequeña mecedora y colgamos, a la altura de sus ojos, una sonaja con forma de León y otra con forma de Tucán. Él las mira y las mira... balbucea, babea, mueve sus manos como queriendo alcanzarlas. Lo vemos crecer y el amor nos brota de los poros. 

"Duérmete, pequeño, duérmete.
Por mamá, por Buda o por Vishnu.
Duérmete, pequeño cabroncete, yo estaré
siempre cerca, aunque no me veas tú".

Lo levanto de la pequeña silla porque no aguanto más las ganas de apretarlo contra mi pecho. Le hago algunas muecas tontas y vuelve a reír, yo también río, somos dos niños queriendo jugar. Lo recuesto en el sofá y abrimos el mundo: Ruidos, gritos, canciones, juguetes. La calle no existe, afuera no existe, me hace olvidar del viejo cascarrabias en el que me he convertido.

"Este niño no quiere dormir, ni con esta canción, ni contándole un cuento.
Este niño no quiere dormir, parece que sueña bastante despierto.
Este niño no quiere dormir, quiere crecer, y tiene prisa.
Duerme que ya cuido yo de que el mundo nunca te cambie la risa".

Saco la guitarra y me siento al frente de él. Me mira, me escucha, es el mejor público que he tenido. Me esfuerzo por llamar su atención, por hacerlo bien. Sus ojos, grandes y risueños, se empiezan a cerrar, el sueño le vence. Es lo más hermoso que he visto, es un nuevo amanecer. Y mientras le canto esta nana del kanka, un solo pensamiento habita en mi cabeza: este pequeño ha llegado para hacernos jodidamente felices.

"Duérmete, pequeño, duérmete.
Por mamá, por Buda o por Vishnu.
Duérmete, pequeño cabroncete, yo estaré
siempre cerca, aunque no me veas tú.
Duérmete, pequeño, duérmete.
Por papá, por Dios o Belzebú
Duérmete, pequeño cabroncete, yo estaré
siempre cerca aunque no me veas tú".

miércoles, 4 de marzo de 2020

Mes 9 antes de la paternidad.

Cuarenta semanas y ni asomo del pequeño Luciano, ni contracciones, ni dolores, nada. Vamos al control, la doctora quiere ver si es posible inducir al parto ya que decidimos que sea natural, mi chica es valiente y fuerte de más, eso admiro de ella, es todo eso que me falta.
Antes del tedioso procedimiento le hacen una última ecografía para controlar que todo esté bien. 
Un silencio, la doctora habla con terminologías parecidas a las de una madre cuando te encuentra llegando borracho a la casa. 
-¿Está todo bien?- pregunto
-Ahora les explico- responde.
Resulta que no le estaba llegando bien el oxígeno y tenían que operar de emergencia. 
Traer de casa la maleta que ya teníamos preparada, esperar unas horas y dejar que los nervios hagan lo suyo.
Ella siempre sonriendo, entra a cirugía. Le doy un beso como dejándole todo lo que queda de mí, mi vida entera si hace falta.
Viene una enfermera y dice "que el papá se cambie para que entre a sala", así que me dan un traje azul y espero la orden. 
- Puede pasar- dice la enfermera que parece recién graduada del colegio. 
Todo es un caos: cortando, empujando, apretando... parecía la escena sacada de una película de Tarantino. Y de pronto, sale entre empujones una luz, un pequeño ser humano. Un gran llanto nos hace notar que todo está bien. Lo limpian, lo envuelven y me lo dan. Yo no tengo palabras, agüita los ojos. Sostenía en mis brazos el mundo, un logro, todos los sueños juntos. Lo llevo donde mamá para que le de un beso, y con un beso en la frente le digo "mira lo que hemos hecho". Ella sonríe, y con lágrimas en los ojos se queda poco a poco dormida.

Lo tengo claro: No sabía lo que era la felicidad antes de ti, Luciano.

PD: Disculpen si tardo en escribir, estoy un poco ocupado siendo papá.

mes 8 antes de la paternidad.

Existe una bomba de tiempo entre su barriga y mi corazón. Un pedazo de oasis, un paraíso escondido que me invita a tomar el sol los días que a está ciudad se le da por crear el apocalipsis. Cuando observo lo cerca que estás, siento que el poco aire puro que me habita en los pulmones, tengo que guardarlo para regalarte, si se puede, algo más de vida.
Mamá sigue sensible, papá algo más paciente y Amelia algo estresada por los cambios que hacemos en la habitación y donde ella, pobre, no puede participar. Al menos hasta tu llegada a este mundo.
No sé dónde meter tanta ropa que ya tienes... nos han dicho que te durará por lo menos un mes, que crecerás rápido. Que hay que comprarte una cama más grande porque "cómo va a dormir el pobre con nosotros", que esa cunita es muy pequeña, que hay que comprarte otro coche, que en verano te dará calor, ah! Y una sillita para el auto, que hay que tener más de un biberón, que hay que empezar a almacenar pañales, que hay que ver si no tomas pecho y nos tenemos que hipotecar en fórmula, que hay que, que hay que, que hay que...
Yo, hijo querido, he comprado otra moto para darnos unos paseos más largos. He regalado gran parte de mi armario por si hay que andar descalzos y desnudos por la casa, he regado las plantas para que crezcan sanas y fuertes como tú, he peinado a Amelia para que puedas acariciarla, y ya tenemos bastantes cuadernos en blanco para que pintes con mamá... A lo demás cariño mío, es mejor hacer de oídos calabaza.

Pd: No le des patadas tan fuertes a mamá o no habrá cuentos está noche.

Mes 7 antes de la paternidad.

El tiempo pasa volando y a mí me arranca el cabello y a ella la sigue poniendo jodidamente hermosa. No sé por qué el clima se ensaña conmigo, con lo bien que lo he tratado yo. Supongo que es de purititos celos no más.
Algunos amigos han desaparecido del camino y algunas amigas también, les da más miedo la paternidad a ell@s que a mí, o eso quiero pensar. Igual nunca fui buen amigo de nadie, en realidad ni amigo fui y esto, supongo, son consecuencias de mis actos. 
Por aquí todo va bien. Luciano crece fuerte y sano, se mueve cada vez que escucha mi voz, le toqué la guitarra y parece que le gusta, tengo ganas de darle una vuelta en mi moto y por qué no, ir juntos en algún momento a comprar la suya. 
La Psicoprofilaxis ha terminado (al menos para Diana y para mí) cantando una canción "cabeza, tronco, rodillas, pies" y mi chica le mete todas las ganas del mundo y eso a mí me vuelve tonto de amor a pesar de mis mil caras de ogro. 
Será cesárea, ya nos lo dijo el doctor por algunas complicaciones, nada grave, pero cesárea al fin y al cabo. Tampoco nos asusta, estamos en modo gladeadores con todo este asunto.
Nos pasamos el tiempo libre viendo cunas, biberones, cochecitos, mesedoras... me gusta pasar el tiempo así, la verdad no sé cómo describirlo exactamente, pero me pone una sonrisita que no me vi en los bares a las 5 de la mañana.
Y sí, estoy (después de mucho tiempo) siendo feliz.