lunes, 29 de julio de 2019

Mes 3 antes de la paternidad

Tiene las hormonas hechas un puto infierno. Peleamos, nos reconciliamos, nos reímos, lloramos, comemos, salimos de compras, a dormir todo el día, volvemos a comer... vamos, una montaña rusa. Yo la acompaño en todo cambio, hasta el de ropa, por eso se me empieza a notar también la barriga. He descubierto que habían cientos de cosas mías que no le gustan, y otras (muchas) que ama con locura. Es linda también esta parte, sólo hay que respirar unas cuantas veces más y apoyarse, si se puede, en cualquier mantra.

Sacamos la ecografía del mes, el feto crece a una velocidad brutal, ya tiene forma y se mueve como si estuviera tocando las maracas con esos pequeñitos brazos que empiezan a hacerse notar. En unas semanas toca la ecografía genética para ver si todo marcha bien con eso, da un poco de vértigo, pero sabemos que pisará este mundo con pies de plomo o de plumas a la hora de jugar en  los jardines que lo verán crecer.
Ella se pone cada vez más hermosa, más fuerte, más auténtica. No se deja vencer por la gripe que no he conseguido contagiarle a pesar de las tontas recaídas. Encima tiene el atrevimiento de verme y sonreír, así, como si no se pudiera enamorar uno más de una vez en un solo día.

En fin.

No tiene síntomas pero sí algunos antojos, no tiene náuseas pero sí sueño. Todo marcha de maravilla.

Pd: algo dentro de mí dice que será machito, si es hombre o mujer ya lo decidirá con los años.

martes, 23 de julio de 2019

No tienes que venir con un manual de instrucciones, te acepto de todos los modos y de todas las formas. Confundida, con el pelo alborotado y llena de incertidumbre. Acepto tus días malos y los puñeteros momentos difíciles. Quiero poder compartir contigo todos los segundos que la vida nos presta, cada metro cuadrado de bosque donde jugamos a buscarnos las cosquillas. No importa cuántas tristezas tendremos que enfrentar, la felicidad sólo existe cuando nos elegimos entre toda esta multitud.

martes, 9 de julio de 2019

Celebración

Una copa de limonada para ella (por obvias razones) y una botella de juicio para mí por favor.
Hoy celebramos los abismos que aparecen cuando me asomo entre tu escote y por todas las veces que llegas a casa y me robas el poco juicio que me queda. Sin contar las veces que me arrancas esta seriedad estúpida que me cubre las gracias, o cuando interrumpes mi sueño, me arrancas la ropa, me llenas de promesas, o incluso, cuando haces las maletas y me arrastras a tus locuras. Sin planes, sin prisa, aceptando cualquier destino de tu mano, demostrando lo fácil que parece ser feliz.
Caminas desafiando al viento gritando que vas en busca de las cosas buenas que me falta por conocer. Mientras tanto, yo sigo sediento tus pasos, olfateando como un perro los destellos de tu sonrisa. No sé cómo explicar que tú eres todos los motivos, que estamos muy lejos de casa, que estamos perdidos y que amar es un camino sin vuelta a no ser que el regreso sea contigo.

jueves, 4 de julio de 2019

Metamorfosis

Se te hace cada vez más difícil volver a tu estado natural porque ya no tienes la misma escencia de antes. Tu inocencia se fue de putas, te mutilaron la confianza y te pisotearon el corazón. Y ni siquiera esa sonrisa en tu rostro es capaz de ocultar las marcas de todo lo que has tenido que pasar, de todo lo sufrido. No hay espacio en tu pecho para pequeñas chispas de esperanza, sólo queda una montaña de sentimientos incinerados que acumulaste con el pasar de los años.
Dejaste de preocuparte por ser entendido, de buscar respuestas, de ser aceptado. Te cansaste de interpretar la ausencia como libertad y descubriste lo liberador que es vivir sin falsas promesas, sin grandes expectativas. Te cansaste de usar excusas, de encontrar pretextos, de volver a los mismos errores, a las mismas personas. Has descubierto lo cambiante que puede ser el mundo y lo fantástico que es vivir sin temor a lo imprevisto. Tomaste por fin las riendas de tu vida, pillaste al toro por las astas. Te has vuelto auténtico, dueño de tu propia existencia.