jueves, 28 de marzo de 2013

Pasos al costado



Créeme que lo intento y en cada paso que doy procuro seguir tus huellas,
pero me distraigo,
y es que en los bares últimamente se les ha dado por poner a Eddie Vedder en una copa y a Glen Hansard en forma hielo y cuando quiero darme cuenta voy por el quinto cubata y el décimo cigarro.
No puedo seguir un ritmo,
tengo dos pies izquierdos en plena marcha y el movimiento de hombros que tanto he practicado se convierte en convulsiones de vómitos apoyado en una tasa de water.

Y hago deporte, créeme, aunque solo sea para combatir las ganas de masturbarme todas las noches.
Si, lo sé, es lo que tiene la soledad.
Pero he aprendido a disfrutar de ella,
he mejorado mis notas de suicidio,
los dibujos en las servilletas de los bares,
los escritos del cuaderno azul.
Y tengo proyectos,
como luchar en una guerra intergaláctica y escribir una nueva obra.

Por favor,
no me critiques,

He luchado mucho por seguir soñando,
sé que cada vez comparto menos mis sueños y el infinito lo veo más lejos
pero todo es circunstancial, progresivamente paralelo y superficial sin superficie.
Lo que me jode últimamente es la incapacidad que tengo de prepararme una comida diferente de las cinco que tengo aprendidas,
un día de estos mi cuerpo se trasformara en un macarrón gigante con brazos regordetes y piernas pequeñitas

y lo que te reirás.

Los paseos con el perro cada vez son más largos y disfruto verle correr con esa inocencia que yo ya he consumido,
porque cada vez consumo las cosas más rápido,
pero vamos,
no es para tanto no crees?

Si te hablo de colores sólo ves el negro,
si te cuento metáforas sólo ves ideas claras,
y si duermo me ves despierto,

entonces
¿por qué te explico tantas cosas?

jueves, 21 de marzo de 2013

A cinco semáforos de distancia

Nena, ponte sexy y no hagas planes llego en 15 minutos,
tengo una explicación apretándome el pantalón y no es              
                                                  propio dejarlo en el aire.

Abre una botella de vino y bébetela entera,
no tenemos mucho tiempo,
pero tranquila que habrá preliminares,
sólo que los ahorraré diciéndotelos al oído.

Prometo no dejarte a medias,
vamos a temblar y no será de miedo,
he pactado un trato con las convulsiones.

Suéltate el pelo y deja que nuestra velocidad haga el
resto,
no hace falta hacerle más preguntas a nuestras
intimidades.

Tengo un par de canciones de Hendrix dando vueltas en
la cabeza
y las sábanas se quedaron con ganas de escuchar nuestro
nombre.

¿Sabes?
Voy a darte la vuelta y apoyaré tus sueños en la
almohada,
te sujetaré con fuerza de los cabellos
y haremos  huracanes en cada roce.

Nuestros cuerpos empapados de saliva
y el amor no sabrá donde meterse.

Y aráñame la espalda,
déjame marcado de por vida,
que yo te besaré los lunares
y le haremos sombra a las heridas.

Y así,
acelerando en este cuadrilátero de incertidumbres,
en este agujero de promesas ocultas,
tallaremos nuestro futuro en las paredes a base de gritos
y caricias.

Llego en 5 minutos
¿Todavía sigues vestida?

domingo, 17 de marzo de 2013

Sube que hay espacio para dos


Qué sería de la vida sin los sueños,
qué sería de nosotros sin la montaña rusa de emociones,
cómo podríamos aprender a volar sin los tropezones de pequeño,
la vida es dura y nosotros unos malos conductores con tendencias a estrellarnos en una pared de cemento,
no sabemos valorar lo que tenemos excepto cuando vemos que lo estamos perdiendo. 

¡Sí, la felicidad es eso!

Aprender a disfrutar del camino, 
con nuestras tantas y tontas ideas. 
porque sabemos reír, 
sabemos jugar, 
sabemos amar. 

Por qué nos condenamos a cadena perpetua a nuestra nostalgia, 
a nuestro pasado. 

Hay que saber mirar hacia delante, 
colocarnos bien el cinturón de seguridad 
y pisar el acelerador fondo. 

Hoy voy a dejar que me quieran.

Hoy,
voy a dejar que me quieran...

martes, 12 de marzo de 2013

"Lecciones de una mujer cometa"



No sé como resumir en palabras el abrigo y el abrazo que me han brindado todo este tiempo,
tanta buena energía,
todo ese apoyo, con una caña siempre en la mano, en los malos y buenos momentos.

Por fin nace “Lecciones de una mujer cometa” la obra que he escrito con tanta pasión,
tratando de vomitar en cada verso todas mis ganas.

Gracias a toda la gente que ha puesto su litro de gasolina para que todo este motor pueda arrancar,
Gracias a la escuela Navarra de teatro por la formación, porque a pesar de toda la guerra que les di aún siguen confiando en lo que hago, gracias por dejarnos estrenar ahí, es todo un lujazo!  Al escultor Lázaro H. Cano por la escenografía (eres una máquina tío), a Nacho de “Bosques de mi mente” por creer en la obra y poder contar con su música para la misma (si no lo has escuchado aún… ¿qué coño esperas?), a Javi Perez por la iluminación, a la actriz Eva Azpilicueta por involucrarse tanto con el texto, vivirlo con tanta pasión, con ese ardor casi vaginal (somos muy afortunados de tenerte en el equipo), al actor Txori Garcia Uriz por su buen humor en todos los ensayos, su generosidad y el compromiso (tengo los huevos llenos de amor jaja), A Iker Lanz y a Amelia Gurutxarri por las fotografías, a Nano Napal por el asesoramiento en las acrobacias (seguimos sin conseguir la voltereta de Eva), A Ana Oliveira por que siempre está dispuesta a apostar por la cultura (el diario sin ti serian hojas vacías, al menos para mí) al colectivo Salsipuedes que todavía aguanta!, , a todos los que le leí cachitos del texto y aguantaron sin tirarme objetos contundentes (Ido, Erika, Xabi, María…), por supuesto a mi madre por darme la vida y a mi padre por colaborar tan efusivamente, a todas las personas que compraron mi primer libro “La teoría de volar” a los que consiguieron el poemario “Bizarro amor” (ni yo lo tengo…), a los que revolotean por el blog, por el face, a todos los que comparten mis escritos, a los que me mandan esos mensajes tan chulos (Gracias de corazón), no sé si me dejo a alguien, pero ya sabes gracias!

Este jueves estrenamos!!!

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"Lecciones de una mujer cometa"



Lecciones de una mujer cometa es una obra de corte poético, con un argumento concreto que se mueve en el terreno de lo onírico y de la imaginación, para hablar de cuestiones universales como el miedo, la libertad y la felicidad. Buscando la neutralidad geográfica y temporal. Una obra fresca que se mueve entre la comedia y el drama, entre lo real y lo irreal. Llena de diálogos dinámicos y monólogos que hacen partícipe sentimentalmente al público.



Autor y Director: Victor Zegarra Montes

Elenco: Txori García Uriz y Eva Azpilikueta Martínez

Música original: Bosques de mi mente

Escenografía: Lázaro H. Cano



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Recortes de prensa: 










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Entrevista en la radio:


http://www.ondacero.es/audios-online/emisoras/pamplona/aqui-en-la-onda/apuntador/aqui-onda-navarra-2103-apuntador_2013032100148.html

viernes, 8 de marzo de 2013

Suspiros y promesas

Hola, siento llegar tarde,
¿llevas mucho tiempo esperándome?
Yo aproximadamente 20 años,
los últimos 8 estaba ocupado intentando crecer.

¿Te apetece tomar un café o decisiones?
Tengo una lista interminable de cosas que quiero hacer contigo,
pero vayamos paso a paso,
quiero disfrutar al máximo cada adoquín del camino.

Con tantos nervios he olvidado decirte que aún sigo soñando,
con tus labios, claro.
Desde que los vi por primera vez no he dejado de hacerlo.
Soñar.

Venga, te dejo elegir el bar y el lado que prefieres de la cama,
yo me limitaré a mirarte de reojo y sonreír de medio lado.

¿Nos tomamos de la mano?
he visto que hacen eso en las pelis americanas,
y quiero que nuestra comedia romántica sea perfecta.

No sé si deba decirlo pero...
sé de memoria tu número de teléfono,
el punto exacto donde hay que tocarte para hacerte reír
y donde hay que besarte para que pierdas la vergüenza
y las bragas.

Bueno, ¿qué pedimos?
¿Café, caña o una vida juntos?
Yo por preferir me quedo con la tercera,
pero este camino es de los dos y todavía puedo acostumbrarme a tus costumbres,
a las rabietas cuando no quieras madrugar,
a tus resacas,
a tener que lamerte cada cicatriz y cantarle nanas a tus penas.
Vamos, que quiero ser tu otra mitad de manera que tú no cambies,
porque estoy dispuesto a luchar contra todos los monstruos del armario,
a bajar las nubes si te hace falta el aire,
a contar estrellas como milagros y suspiros como promesas.

Lo siento,
ya he vuelto a pensar en el futuro,
mejor dejemos que fluya ¿va?

Entonces...
¿te vienes?

Y claro,
nos tomamos un café.

lunes, 4 de marzo de 2013

Lo único que hago es encontrar los paquetes de kleenex que dejaste en mi casa.
Desde un principio sabías que iba a tardar en olvidarte ¿eh?
Y no, no me refiero a las lágrimas.

domingo, 3 de marzo de 2013

Luces por navidad.



Cuando era pequeño algunos días lo esperábamos a él para comer juntos. Ella se asomaba por la puerta de casa y cuando lo veía venir a la lejanía nos pegaba un grito para salir corriendo y darle el alcance. Lo abrazábamos, cogíamos su maletín y nos sentábamos en sus pies. Y a pesar del cansancio y las preocupaciones (que tenías, lo sé) él sonreía y caminaba con nuestro peso encima. Y nunca lo dejó de hacer. Caminar.
Algunas noches, por causa del terrorismo en la década de los 90 nos quedábamos sin luz en casa. Esas noches ella aprovechaba para contarnos cuentos, encendíamos unas velas, nos sentábamos en el sofá y la escuchábamos narrarnos las mismas historias de siempre, pero le prestábamos atención como si fuera la primera vez que las oíamos, porque esa era la magia. Al ver que nos quedábamos dormidos nos llevaba en brazos a la cama y nos dejaba un beso de buenas noches.
Recuerdo cuando trabajaba en una multinacional de esas y no la llegábamos a ver en todo el día, ya que la abuela nos acostaba pronto porque a la mañana siguiente teníamos que ir a la escuela; pero ella, dentro de su rebeldía, nos despertaba y nos llevaba a comer fuera, nos traía los juguetes que iban a tirar porque tendrían un pequeño raspón, y hablábamos, y reíamos, y ocultabas la tristeza que llevabas dentro en esa época de nuestras vidas (porque la tenías, lo sé).
Vivimos en muchas casas y barrios diferentes, supongo que estaríamos buscando nuestro sitio. En una de esas casas  recuerdo que había una escalera para subir a las habitaciones donde él y yo nos caímos (hasta en la torpeza nos parecemos ¿eh?). En otra, había una ventana en forma de gota que daba a la calle. Esa casa nunca me gusto. Siempre me dio miedo y no me trae buenos recuerdos. La mejor de todas, sin duda, fue la de los abuelos. Debo reconocer que algunas veces me gustan las casas llenas de gente. La mayor parte de mi infancia la pasamos con los abuelos, pero esa es una historia que ya les contaré. En otra casa habitaba un fantasma que encendía el pequeño andador de mi hermana que llevaba menos de dos años de nacida. Que sustos nos pegábamos… por las noches, nadie quería bajar la escalera que daba a la cocina, al salón y al patio. Nos encerrábamos en las habitaciones y esperábamos que salieran los primeros rayos del sol para vernos. Supongo que todo sería sugestión, no lo sé. Y la casa donde están ahora fue donde comenzó el  cambio de nuestra familia. Me refiero a que crecimos y tomamos ya nuestros propios caminos.
Siempre les agradeceré por el techo y la comida que nunca me falto, por el cariño, por las lecciones y por la confianza.
Y pedirles disculpas por los malos ratos que les hice pasar, por la distancia, por las celebraciones donde no he estado y por mi constante incapacidad de quedarme en un solo sitio, en todos los sentidos.

Ellos son mis padres.


Hace aproximadamente cuatro años que no los veo.
Ya me vale.