lunes, 31 de diciembre de 2012

Cinema paraíso.

Cuando se conocieron nunca pensaron que podrían llegar a ser los protagonistas de una historia de amor que parece salida del mejor cuento de Cortazar,
y yo me siento un espectador envuelto en mil emociones,
palomitas en mano
y un corazón que se estremece cuando detienen el tiempo entre mirada y mirada.

El caso es que ella tiene una librería y escribe con un pintalabios en los cristales frases que le gustan de distintos escritores,
es una artista con la L marcada que se ilusiona con facilidad entre el ir y venir de la gente,
con las nubes dibujadas en cartulinas,
con los abrazos,
con pequeños recortes de historias que luego las sueña como suyas.
Es un remolino de piel canela que la puedes notar cuando entra por cualquier puerta, de cualquier bar, a cualquier hora, porque la risa le desborda la boca,
y se enamora,
es lo que más me gusta de ella,
que se enamora.

A él, cuando lo conocí y nos tomamos las primeras cervezas supe que siempre sería mi amigo,
es un tipo elegante sacado de una revista de corte moderno,
a veces con tirantes, otras con traje, pero con un corazón tan grande que casi no le entra en el pecho.
Escribe a escondidas poemas que el tiempo recoge y ha visto la soledad de cerca que lo ha hecho ser mejor persona
y mucho más hombre.
Te cuenta mil historias porque la vida en él no ha pasado en vano,
y cuando me dijo que había conocido a una chica a mí me recordó al estribillo de una canción que dice:
“por ganar su amor le ofrezco hasta mi empleo de tornero, fresador, adorador y matricero”
y luego,
le regaló un corazón de madera que hizo con sus propias manos.

Y así empezaron a escribir su historia:
ella le pone camisetas con frases curiosas,
él envuelve paquetes y le mira a los ojos y no hace falta decirle que esta enamorado.
Han pintado en un paraguas el cielo,
se toman la mano,
son concientes del tiempo y aprovechan cada segundo para regalarse te quieros.

Yo los miro de lejos como espectador,
con un cigarro en la mano y en la otra un deseo en forma de milagro
y parecen sacados de catalogo,
de una comedia romántica,
de una historia que cualquiera sueña con que le toque,

y lo mejor de todo
es que nos la regalan.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Re-caída

Tengo ganas de tantas cosas que a veces no soy capaz de asimiliar la sencillez de una lista de espera,
y me pongo a driblar poesía en la puerta de cualquier bar como quien busca una pepita de oro entre el fango de una falda a las 3 de la mañana.

Y me desespero al ver que mis manos aun estan vacías,
que tengo los ojos hundidos de tanto trasnochar pensando que no estoy logrando mis objetivos,
que me pueden más los cigarrillos, las cervezas y los escritos.

Que la mierda me llega al cuello.

Siento que soy un muñeco olvidado en el baúl de los recuerdos,
que ya pasaron mis cinco minutos en el programa de moda,
que mi sonrisa ya no ilumina ninguna calle
y ninguna farola.

Veo como pasan los años y me pregunto: ¿en qué he perdido tanto el tiempo?
me siento tan solo y muchas veces, cuando nadie mira,
limpio las lágrimas de un rostro que ya olvidó lo que es reír.

Quién fuera paloma...

Enséñame a pintar la pared con las dos manos,
a no enamorarme tantas veces y a cada rato,
enséñame a mirar el cielo y no pensar como los caballos.

Dime, tío, dónde está eso que tanto se me esconde,
dónde termina el precipicio y nacen los bosques,
dónde guardó mi madre el remedio para la nostalgia,
dónde puedo comprarme un nuevo corazón
y un nueva mirada.

anda, dime...

lunes, 24 de diciembre de 2012

Perpetuo y socorro.

Estuve hablando con dios y ambos pensamos lo mismo:
deberían existir más mujeres como tú.


Anoche,
mientras nos confesábamos y conocíamos en aquella
barra del bar azul,
mientras me presentabas a tu compañera de piso y reías
mis bromas sin gracia,
algo dentro del estomago me hacía dudar si en otra vida
nos habíamos conocido y hoy nos volvíamos a
encontrar.


El baño a cierta hora se convierte en un acierto
y la mirada en el cómplice del asesinato de palabras que
vas a cometer.
Y mira que la música me gusta y  más cuando voy
borracho
y  hago intentos de bailes con los ojos cerrados,
así me abstengo de mirar toda la noche minifaldas,
hasta que claro,
me topé con la tuya.
Medias rajadas,
un piercing en el labio que te lo mordías al hablar,
una serpiente dibujada en la espalda que se escondía tras
tus cabellos

y mis ganas.

La vida es un constante accidente donde mueres o vives
y yo voy por mi quinta resurrección.


Espera que te limpie la vergüenza del cuello.

Entonces la burbuja de la soledad nos envuelve a los
dos,
tirachinas en mano por si alguien se atreve a entrar.

No sabría decirte que fue lo que más me gusto de ti en
ese momento,
o lo que menos me gustó de mí,
pero a mirar se aprende mirándose y nosotros lo
hicimos muy bien.

¿Por qué tardamos tanto si ya está amaneciendo?
Todo tiene solución
y en esta vida,
tú escoges los medios para llegar a ella:
¿me acompañas a casa?
Tengo la cama caliente y un corazón que no deja de
insistir que te lo pregunte.


Cogiste tu abrigo,
yo limpié la saliva del suelo
y caminamos con las granadas y las pistolas bien sujetas
para empezar la primera batalla.


“Esta es mi casa:
el pasillo es frío, no estaremos mucho en él, pero si
quieres cambio el orden de los orgasmos,
al fondo está el baño con dos cepillos de dientes,
esta es la cocina, la mesa es perfecta para comer
¿no crees?
El salón con un sofá, una alfombra, una hamaca…
mejor no sigo.
Esta es mi habitación, algunos escritos en la puerta, las
paredes, las guitarras.
Algún que otro sueño por los suelos y una lata de cerveza
que uso de cenicero con colillas de cigarros y hachís.
Puedes quitarte los zapatos o las medias,
lo que quieras pero ponte cómoda que de los monstruos
ya me encargo yo.”


Y así empezamos lo que nunca dijimos,
el sabor de tus manos,
la piel que sudaba entre mis sábanas
y el calor de un invierno enfermo entre subidas y bajadas
del termómetro.


Ojala que entre tanto principio roto encontremos algún
día el loctite.


Buen viaje bonita,
nos vemos en unos meses
o en otra vida.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Si y solo si.

Si me dejas,
te soplaré al oído las trampas que he colocado en mi habitación para que no te escapes,
te hablaré de la ventana por donde se cuela el frío,
te contaré acerca de la manía de tener que darle dos vueltas a la almohada para dejar volar mis sueños.

Si me dejas, sólo si me dejas,
te llevaré en mi bolsillo como amuleto,
te presentaré a los monstruos que viven en el pasillo,
a mi perro y a la cuadrilla de salvajes que tengo como amigos.

Si me dejas y sólo si tú quieres,
volcaré el cielo para que abraces las estrellas,
bailaremos despacio en la cocina mientras preparamos la cena,
dibujaré tus labios en el espejo para bes-arte  siempre que quiera.

Si me dejas y si no es mucho pedir,
te contaré un cuento que nos tenga a nosotros como protagonistas,
planificaré la mañana perfecta:
besos, sexo y caricias,
te esperaré con la cama caliente cuando vengas a la noche después de salir de marcha con tus amigas.

Si me dejas y no te quejas,
veremos películas los domingos escondidos bajo la manta,
te dejaré usar el mando a distancia siempre y cuando me dejes abrazarte por sorpresa,
planificaremos nuestro futuro teniendo en cuenta el presente sin descuidar las arrugas que nos quedan.

Si me dejas y si yo puedo,
le daremos juntos significado a la palabra SIEMPRE,
Moriremos de risa cuando estemos hasta el cuello de deudas,
Te voy a querer a pesar de todo y más allá de la muerte,

sólo
si me dejas.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Tú y lo que llevas.

Nunca terminaré de decir que te conozco del todo,
ni contaré los cigarros que nos hemos fumando juntos incluyendo las temporadas que creíamos que podíamos dejar de hacerlo.

Siempre has llevado esas gafas modernas,
los labios de rojo,
y una sonrisa acompañada de pequeños saltos sobre el mismo sitio cuando estás contenta.

Lees montañas de libros
y ves mares de películas,
y yo espero nervioso tus criticas de mis escritos porque eres la única persona que conozco,
despiadada y sincera,
que me llena de morbo.

Tú ya me entiendes.

Eres una naranja gigante y jugosa
con una mirada perdida dentro de una escuela de artistas,
no tienes excusa cuando te quedas dormida
y tus resacas son sinónimos de cuidado cuando alguien se te acerca,
que son muchos y tantos y tontos.

No me extraña que te eche de menos.

Fuiste la reina en un desfile de bufones,
la "hipi" en una escuela de cocina,
has sido puta, madre y hermana.
has sido tantas cosas pero sobre todo has sido y eres mi amiga.

Tus ilusiones te llevaron a la gran ciudad,
esa gigantesca Madrid llena de luces y bares que opacan Pamplona y tu pequeño Eibar.
Y sé que lo que peor llevas es la soledad,
y creeme cuando te digo que sería capaz de tomar el primer tren para darte un abrazo y demostrarte que no estás sola.
sabes de sobra que nunca lo has estado,
otra cosa es que te lo creas.

Yo le doy gracias a la vida o a lo que mierda sea por haberte cruzado en mi camino,
y has aguantado con un ardor casi vaginal todas mis comidas de olla,
mis fracasos con las mujeres,
mis tristezas y la mala ostia,
mi impuntualidad,
los días que no quería entrenar y te hacia enfadar tanto que podían pasar días sin que me hables,
mis borracheras,
mis mensajes a las 3 de la mañana,
mis comentarios innecesarios
y un gran etcétera.

Cómo no te voy a querer si eres todo
y mucho más.

Y espero que al pasar el tiempo,
cuando tenga más pelos en la cara que en la cabeza,
cuando se sequen tus lágrimas de tanto regalarlas a la tierra (que ya sabes, son muchas)
cuando la vida nos regale eso que tanto esperamos,
podamos sentarnos,
tomarnos una caña
y mirarnos a la cara como si los años no hayan pasado por nuestras aceras.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Alegato

...y al final nos marchitamos antes de florecer...

Como quien busca tréboles de cuatro hojas,
obsesionado y confundido,
con una cerveza en mano y un pronóstico de partidos
aún no jugados,
bien peinado dentro de lo que cabe,
te esperé.
Llegaste tarde para no romper con la rutina porque tu
risa la puedes usar de justificante
o al menos a mí me vale.


Yo bajé con la cara limpia de tristezas para poder
hacerte feliz.
Con mariposas en el estómago,
con los nervios de un adolescente ante su primer polvo,
como aquella mañana que te escribí para decirte que sí,

que vale.


No fuimos diferentes pero si distantes
y yo siempre lo he preferido al revés.


Aun así, caminamos con la intriga entre las piernas y en cada
paso dejábamos rastros de cenizas intentando mantener
a flote lo que ya no arde.
Lanzando salvavidas en cada palabra,
"prometo no prometerte nada"
y al final te prometí todo.
Te escribí en un papel mis ilusiones y te pedí muchas,
quizás demasiadas oportunidades.


Y dentro del bar causaron un terremoto tus labios,
un tsunami en cada parpadeo de ojos
y yo con una balsita tan miserable,
con unos remos de corazones y unas maletas bien
grandes,
te tomé la mano y quise inútilmente rescatarte.

Y casi sin venir a cuento,
me dijiste que a ti las flechas no te hacen daño
y con la crueldad de tu pasado y las dudas del presente
como cómplices de tu futuro,
colocaste los ladrillos de un muro imaginario.


Y a pesar de todo y confiando en nada,
decidimos tomar como última aventura el aeropuerto de
mi casa.


Y me dejaste solo,

con un paquete de tabaco y un ‘te busqué’ en los labios,
tomando el primer avión con destino a la derrota.
Y desde tierra me gritaste:
Adiós Victor, sabes de sobra que yo no soy de volar,
buen viaje.


Y sé que no tengo las manos grandes,
ni la espalda ancha,
ni la sonrisa perfecta.
Sé que soy sincero con las personas que me importan y
al resto simplemente no las cuento en mis historias,
sé que el traje de novio me queda grande
y que los pelos de los animales te dan alergia,
pero creo que no te diste cuenta que debajo de mis
sábanas sólo entran las personas.

Así que me voy con un buen sabor de boca,
sabiendo que lo que te dije,
lo dije desde adentro.

Quizá yo me lo pierdo o quizá tú no lo vales.

Quién sabe.


Y como epitafio de nuestra historia:
recuerda que fuiste musa
y ese cargo no se lo dan a cualquiera.

martes, 4 de diciembre de 2012

Tu interrogante en mi exclamación

Hola,
perdóname por escribirte pero me confundí de número.
Tienes unos ojos preciosos ¿te lo había dicho?
Le hacen juego a tus gafas,
ambos reflejan mi sonrisa cuando te miro.


¿Compartimos un cigarro o el corazón?
Tengo piedras de partes de mecheros que he ido
coleccionando en mi bolsillo esperando a que llegues.
Conozco un bar cerca ¿me acompañas?
Podemos tomarnos unas cervezas mientras me cuentas
tus planes,

conmigo,
claro.


He dibujado un camino de vuelta para no perdernos de
regreso a mi casa,
o a la tuya,
me da igual.
Tengo en mi habitación unos escritos que te pueden
gustar
y otras hojas en blanco para colorear en ella nuestro
futuro.


Perdón,
me he perdido en tus caderas,
¿por dónde íbamos?
 

Es igual,
siempre tendremos algo que contarnos,
tal vez en silencio
o quizá gritándonos.
Ya sé que el invierno te gusta a pesar de que te hace
temblar,
espero algún día yo también poder hacerlo.

Que sepas que no quiero meterme de lleno en tu vida,
ni jugarme a la ruleta con tus dudas,
no quiero ser un tatuajes más en tu brazo,
ni quiero analizarte en medio de tus lágrimas.
Sólo quiero escucharte y que me escuches,
saber que se puede saltar sin trampolín al cielo de verte
dormir y esperar con los ojos abiertos a que te despiertes,
pero sólo dos noches porque luego querrás dormir sola.

¿Me dibujas tus labios en el pecho?
Sé que no te maquillas pero...
¿me dejas dibujarle colores a tus mejillas?
Con tantos idiomas que controlas ya sabrás decirme que
me quieres en alguno de ellos.

¿Bailamos?

Perdón por escribirte pero me confundí de número,

¿entonces qué?
¿Te vienes al bar conmigo?

lunes, 3 de diciembre de 2012

Sola

¿Sabes lo qué es que el corazón te de un flechazo a la razón y veas todo super claro y te entren ganas de reír?
¿No?
Pues yo creo que me ha pasado.

Joder, y es que estabas ahí sentada escuchando mis penumbras,
sonriéndome cuando nuestra mirada sin querer se cruzaba.
Sola,
como una isla en medio de un mar
o como una montaña llena de flores en medio de la sequedad del desierto.

Ahora sólo tengo que ser paciente y esperar a que el verano bañe de soles este invierno,
a que la vida (y mi teléfono) hagan lo suyo.
A que tus gafas se coloquen,
solas,
en la mesilla de mi habitación.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Libertad

Hay días que la libertad se pone su mejor traje de seda y renuncia a las cuatro paredes de mi habitación,
se sienta conmigo en una banqueta del parque,
se hace un peta y compra un litro de cerveza.
Me cuenta como le va la vida,
las tristezas de la mía
y me cubre con sus cabellos del frío.

Hay días que la libertad me coge la mano y me lleva al monte,
a ver sus praderas
y jugamos a contar árboles y a pisar las hojas como secretos.

A veces, la libertad, me riñe como una madre cuando no haces los deberes,
me tira de las orejas y me enreda los brazos como una cadena y me manda a callar a un rincón.
Y lloro,
la voz se me entrecorta y me clavo puñales en el pecho convirtiendo en un colador mi corazón.

Así es la libertad,
una mujer poderosa,
la más puta de la rotonda
y cuando está cariñosa te arropa antes de irte a dormir y te deja un beso de buenas noches.

No sé si darle las gracias o reñirle
porque por lo general me abandona,
y se marcha con las personas bien peinadas,
con sus coches de lunas tintadas
y pueden comprarte con unos billetes donde salen personajes que no conozco,
y quizá nunca conozca,

Pero aún así me deja,
de vez en cuando,
Hacerle el amor por las noches.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Encuentros

"...Voy a morderte las tetas hasta comer de tu corazón..."

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Este miércoles 28 de noviembre estaré recitando en la teteria de la calle mañueta. Estarán conmigo María Fernández a la Viola y Raquel Lamas una cantautora que nos regalará unas bonitas canciones. Animaros, que pasaremos un momento único.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Sábados

Píntate los labios de rojo para poder encontrarte entre
toda la gente del bar,
muévete despacio,
quédate quieta en cada fotograma de mi memoria,
susúrrame al oído esas guarrerías de cinco de la mañana,
coge mi mano y rodea con ella tu cuello,
pide otra copa y deja que todo fluya ligero,
hablemos pegados,
es inevitable con tanta gente,

pero así lo prefiero,
pegados.

Sonríe y estrújame la camiseta,
yo pondré los nervios y las torpezas,
salgamos a fumar cigarros,
divirtámonos diciéndonos cosas absurdas,
con la otra mano cogeré tu cintura y sentiré el ir y venir
de tus caderas,
fantaseando con tu locura,
ahogándome de ganas con las hormonas,
toreando el árbol de las erecciones.


Dejemos que nuestros sudores nos pierdan el respeto,
que todo sea válido,
salgamos de este sitio de desadaptados y refugiémonos
de la lluvia en un portal y besémonos,
como esos enamorados de las películas,
yo prometo no estropearlo,
tú promete acariciarme el pecho
y tengamos de cómplice la calle,
un orgasmo en cada gesto,
donde el silencio nos diga cosas
y tírame de los pelos,
acaríciame los labios,
yo te quitare las gafas y pondré puntos a tus deseos.


Corramos así,
de la mano,
busquemos un techo donde pasar la noche,


¿Tu casa o la mía?

jueves, 15 de noviembre de 2012

Descompases

Esa línea que me separa de tus melodías,
refleja en mis escritos otra línea vertical entre tu corazón y el mío,
y no hay nada peor que dos líneas separandonos.

Entre ellas un universo,

un signo de puntuación desorientado por no saber donde pararse,
una mirada perdida que te busca entre cuerdas desafinadas
y compases rotos por tonterías,
una lluvia que despeina tus cabellos de mis dedos y a dibuja una canción en mi espalda.

Tendrás que venir a ponerle compases,
a regarle con tu aroma a la armonía,
y dejarle,

si se puede,

un beso de buenos días,
Un abrazo de buenas noches
y un "te quiero"

con mucho ritmo.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Imaginemos

Imaginemos que nada de esto pasó,
que la primavera no termina nunca,
que los girasoles seguirán mirando al sol,
que las lágrimas se secaron en mi almohada
y tus cabellos siguen sueltos en mi pantalón.

Que el "sin ti" sea una palabra de fábulas,
que los enanos abaniquen nuestro amor,
que el cielo esté al lado de tus ojos
y tu sonrisa siempre al lado de mi corazón.

Imaginemos que nada de esto pasó,
que las peleas son ensayos de películas,
que los cristales son blindados de distancias,
que las golondrinas aun revolotean en mi pecho
y que los besos sólo sean de larga duración.

Que las plantas bailen nuestras canciones,
que las paredes se manchen de nuestro sudor,
que nuestra historia sea un libro interminable
y que el adiós no esté dentro de este mundo para dos.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Entre todo y nada.

Entre putas, drogas y borrachos.
Entre gente que quiere dormir y toma ansiolíticos como chuches.
Entre libros de poesía, noches de rock & roll y
mediocres de ultratumba.
Entre canciones de Joaquín Sabina y lágrimas de
cocodrilo.
Entre zombis, películas porno y actores de realities tan
tontos como yo,

llegaste tú.

Y duermo tanto pensando en tu aroma que olvido
recoger los secretos del tendedero
y es que todavía me aferro a sueños que llevan tu
nombre.
Sobrevivo a sábados sin tus pies fríos,
los domingos te los regalo porque sé que te gustan las
mañanas de paseos
y yo en cambio,
soy más de renegar y cruzarme de brazos.
Así que por la tarde, si quieres, nos juntamos y nos
sentamos en el puente para escupir a la gente frases
absurdas,
o mirar a los árboles contando las hojas pensando en
otoños.

Lo que quieras,


Siempre y cuando me dejes tomarte la mano y decirte
al oído todas mis intimidades.
Y miraremos con vértigo lo alto que hemos llegado
saltando entre las nubes que no borran sonrisas,
enredándonos hasta conseguir

el nudo perfecto,
    el punto de apoyo,
        el dominio del tiempo.

Crearemos de los garabatos muecas de
agradecimiento
y derrumbaremos puertas que esconden mentiras.

Y entre mis brazos dibujaré tu nombre
y entre tus piernas esconderé mis alegrías.

jueves, 25 de octubre de 2012

Suposiciones

Últimamente olvido subirme la bragueta del pantalón
cuando salgo a la calle.
También estoy intentando dejar de fumar y he puesto
plantas en el salón para que me den otro aire,
pero olvido regarlas.
También olvido poner mi cabeza junto a la del perro
cuando veo la tele,
vaya par,
los dos en el sofá sin hacer nada.   
                                Siempre sonreías cuando nos veías así.
Y olvido, en lo general, ponerle sal al arroz.

Supongo que de eso se trata el despiste.
                                                                         No lo sé.

Antes de dormir le doy tres vueltas a la almohada,
sacudo las sabanas y me agito el pelo,
hay que estar libre de polvo
y de pajas,
por eso también he quitado los kleenex de la mesilla
de noche.
He comprado carne y algo de verduras,
las caricias y los besos se han agotado en el
supermercado,
                        al menos para mí.
Llevan más de dos semanas en el congelador.
Sigo haciéndome macarrones,
es más fácil y no tengo que pensar tanto.


Las cervezas sin tu piel desnuda pierden el sabor
así que me he pasado a cosas más fuertes:
                                                                    tila.

Los pájaros ya no cantan nuestras peleas y odio
cepillarme los dientes solo frente al espejo,
los dedos me tiemblan porque ya no te tocan y en la
radio sólo pasan canciones de dolor,
el amor se ha escondido otra vez tras la puerta del
baño
y tengo la sensación de que toda la calle es un
precipicio donde siempre estoy al borde de la
línea que me separa de ti.
La vecina ya no cotillea por la ventana,
ni la luna sale cuando fumo en el balcón,
ni la luz de la habitación cambia a tenue sin tus ojos
y la vida sin ti no tiene color.

Supongo que de eso se trata el olvido.
                                                                         No lo sé.

martes, 23 de octubre de 2012

Tus primaveras y mis inviernos

Tengo las sábanas manchadas de rojo de la última vez que estuvimos y estabas con la regla,
y yo como siempre me dejé arrastrar por tus milímetros de locura.
Cada vez que cerramos la puerta y nos reservamos a la Luna como único testigo de nuestra complicidad, en nuestro cuerpos explotan fuegos artificiales en forma de semen y en volcanes de sudor hirviendo se convierten nuestros poros.
La magia de fogearnos sin guantes es algo con lo que siempre soñamos,
pero tenemos las cabezas tan a lo suyo que olvidamos buscarnos las oportunidades.
Y los te quieros cubren la habitación mientras damos vueltas en nuestros vapores, cocinándonos como un exótico afrodisiaco.
"Será mejor cariño, que dejemos algo para luego" repites jadeando en mi oreja,
y yo te muerdo los pechos como si fuera el último bocado del plato.
Y entonces te callas y te dejas llevar por mi regla.
Tienes la piel blanca y yo juego a besarte los secretos.
Tus veinte primaveras tiran de mis rastas y yo le sonrio de lado a mis temores.
Te das la vuelta y suspiro mientras te cojo con fuerza del cuello,
perdiéndome en el la selva de tu espalda y tú aferrándote con fuerza a los dibujos de mi brazo.
Y es que con tu espalda arqueada no puedo...
Y sólo me queda ladrarle como un perro a tus cabellos.
Tus convulsiones mordiendo la almohada es algo que cualquier iglesia llamaría milagro,
será por eso que le rezo tanto al santo se tu cuerpo.
Y después de soltar cada uno sus reglas, viene la práctica común:
cerrar los ojos,
suspirar,
decir los últimos te quieros de la noche
y dormir abrazados.

martes, 16 de octubre de 2012

no quiero ni pretendo



No tengo muchos motivos,
me basta sólo uno para poder expresar mis miedos,
tengo un puñal atravesándome la nostalgia
y la poesía me sirve para escapar de tu mirada inquisidora.

No me equivoco cuando digo lo que pienso,
ni intento engañarte ni pretendo hacerlo,
no conduzco mi osadía ni quiero encerrarte en una jaula sabiendo que eres un pájaro.

"La melodía de tus pasos gobernados por el brillar de tu sonrisa han puesto de pie a mis emociones"

no hace falta decirte todo,
aun recuerdo lo que es callar.

Pero cuando mires mis ojos te enterarás de todas formas de lo que por dentro encierro en ese imaginario cofre del tesoro,
si te digo que no juego al gato y al ratón con tus presunciones
ni libro batallas con el final del cigarro
ni juego a pintarme las uñas con tus tristezas.

No tengo la valentía para robarte un minuto de pobreza,
a faltar el respeto he aprendido con mis tantas y tontas ideas
y he trascendido a través de los hechos para ser un capullo

O quizá
Algo más.

jueves, 11 de octubre de 2012

No te enamores de mí

No te enamores de lo que escribo, ni de lo que pienso, ni de lo que cuento.
No te enamores de mis poemas, ni de mi forma de vestir y mucho menos del personaje que me invento en la barra de los bares.
No te enamores de mi andar, ni de mis pelos por la mañana, ni del desorden de mi casa.
No te enamores del sonido de mi guitarra, ni de mi vida pasada y mucho menos de mis secretos.
No te enamores de las flores en el balcón, ni del hachís de la mesilla, ni de las cervezas en la nevera.
No te enamores de mis discos, ni de mis libros, ni de mis resacas.

Pero sí,

enamórate de las Caricias que te hago en el sofá cuando estamos tirados sin hacer nada.
Enamórate de la brisa cuando te tomo la mano y dibujamos figuras con las nubes.
Enamórate de los paseos por el parque y de las risas en la cama.
Enamórate de todos mis suspiros cuando digo que te quiero.
Enamórate de las veces que nos damos media vuelta y tú abriéndote de piernas nos ponemos a volar.
Enamórate de momentos,

de nuestros momentos,

porque en ese instante

realmente
soy yo.

lunes, 1 de octubre de 2012

La misma lluvia

Se nos cayo la ceniza del cigarro y el viento (como siempre el viento) se las llevo para esconderlas detrás de los árboles.

Fuimos corriendo a buscarlas pero era casi imposible juntar cada parte de un puñado de cenizas desparramadas,

y desde ese momento todo nos pareció imposible.

Se nos cayeron los ojos con el recuerdo que nos formamos montados en los caballos blancos de un tío vivo,
mirando el paisaje de montañas que nos regalaba la muralla de la que pensamos arrojarnos.

Y yo siempre he sido de volar,
pero ahora soy más de mantenerme vivo,

remando como si las pocas ganas que tuviera de morir le van ganando a tus ojos,
y volviendo a la espesa realidad de mi cuarto,
me trago de a pocos la luz que queda en mis pensamientos sobre ti,
y palpitan mis dedos con el simple echo de recordar un rose de tu cuerpo,
y los adioses me chorrean por la frente y consumo a caladas el tiempo que te tuve en mis brazos,
como si todo estuviera atrapado en un desierto de arena y de nada,
y me trago películas enteras de analogías de una vida pasada.

Y… no puedo escribir más…

En resumen, como una película de esas que me he tragado:

“Yo, Victor Zegarra, conmovido por la pasión que me domina, he decidido comenzar un diario íntimo al estilo de mis ilustres predecesoras: Ana Frank, Mafalda y la pequeña Lulú. Comencemos: 15 de septiembre del 2012. Hoy no me llamó. Hoy tampoco. 10 días que no me llama. Octubre 1, hace casi un mes comencé este diario para aclarar mis sentimientos por X (se me caen los labios si pronuncio tu nombre). Al no dignarse a llamarme en todo este tiempo tengo en claro que X, mis sentimientos y este diario, se pueden ir a la reputísima madre que los reparió".

lunes, 24 de septiembre de 2012

Barquito de papel


Desde que decidiste detener el tiempo para ordenar las
cosas que desordenaban tu cabeza

                                                      y entre ellas
                                                                          yo,
no me he vuelto a reconocer en los ojos de otra persona.

Tengo tu olor incrustado en el corazón que hace que
todos mis latidos lleven tu nombre

y salpico de rojo la pared donde he dibujado tus labios
sólo para besarlos

porque en nuestro intento desesperado de buscarnos el
amor nos olvidamos de hacerlo.

Todo me sabe a ti.

Y echarte de menos es salir de fiesta,
ver a toda la gente beber
y yo morirme de sed al pronunciar tu nombre.
Dibujarle a todas las personas del bar tu rostro mientras
bebo la nostalgia que me chorrea por la boca en un vaso
descartable que construí con  mis ilusiones.

Busco el abrigo y el abrazo en la noche,
deambulo como un fantasma adicto a las desganas,
como un yonki desesperado en busca de un buen chute
de heroína de tristezas
o como un boxeador que pelea contra el tiempo porque
sabe que en breve sonará la campana.

Y por las mañanas me vuelvo un loco recordándote y
me ato una soga al cuello hilado con mis propias
palabras.

Te preparo desayunos que no comerás,
sorpresas que nunca te daré,
y corto flores que se marchitan en el salón.

He construido un barquito de papel con todos los
poemas que te escribo para poder navegar en él por mar
y por tierra,

para escapar dejando atrás el pasado.
Y he estado pensado que quizá,
                                                 
                                                       quieras venir…

sábado, 22 de septiembre de 2012

Ella

Cuando era pequeño yo la observaba cocinar. 

Me repetía los ingredientes para que me los fuera memorizando y me explicaba detenidamente como tenia que picar el ajo y la cebolla para darle sabor al guiso.
Siempre me estuvo preparando para la partida. 
Porque,
aunque las madres no lo quieran,
los hijos terminan creciendo,
cogiendo las maletas y yéndose de casa.
Yo le prestaba atención mientras ella hacia malabares con las cucharas y los condimentos. 
Si,
a mí me gustaba observarla cocinar.
Me gustaba porque siempre que lo hacia cantaba,
y cuando se olvidaba la letra de alguna canción silbaba,
luego sonreía y me decía:
“es muy importante que cuando cocines cantes, la comida tendrá mejor sabor”.
Y cogía una cuchara
la introducía en la olla,
soplaba delicadamente para después probarla con la ternura que solo una madre puede tener.

lunes, 17 de septiembre de 2012

paso de vals número uno

De dudas nos creamos los motivos para ponernos de acuerdo y encontrarnos en una calle paralela a donde guardo mis sueños,

y te veo de lejos y las piernas me tiemblan,
y no le encuentro lógica a que a las noches vengas a regalarme versos y cuando te vea me convierta en un mudo guardián de secretos.

Caminamos juntos sin dirección alguna,
dejándonos llevar por los apuros del reencuentro
soltando risas nerviosas en intentos tontos de darnos razones para buscar preferencias en conversaciones lógicas,
pero la locura de tenerte al frente hacen que pierda todo lo que planeo decirte,
y rompo los mapas que me creo para llegar a tus manos con estrategias y eso por lo general nunca me funciona.

Muevo la boca fingiendo que hablo porque lo único que hago es mirarte y pensar que no existe mejor momento en la vida que hacer eso,
mirarte.

Y cambiamos de bares para alargar las horas de tenernos más tiempo
y entre cervezas y cigarros nos vamos relajando y acercando de a pocos los brazos,
se nos ocurren ideas descabelladas y preciosas como escaparnos a Florencia y dejar a un lado el pasado,
y yo te narro de memoria los poemas que te escribo
porque al fin y al cabo
sólo es describir en palabras lo que siente mi estomago cuando te recuerda caminando por debajo de mi casa derritiendo el asfalto y compitiendo en belleza con la luna.

Y el tiempo se nos fue pasando,
y yo te fui ofreciendo de manera sincera lo poco que tengo.

Volvimos caminando de regreso como recogiendo los pasos que habíamos dado para encontrarnos,
prometiéndonos volver a vernos y construir de a pocos el camino que la vida nos estaba dando.

Y así,

nos despedimos nuevamente,
y dejé mi corazón en tus manos.


martes, 11 de septiembre de 2012

Él

Él, me enseñó que volar no es cosa de dos, 
sino de uno. Me lo enseñó mientras tejía unas alas en mí espalda.

Porque eso se le daba bien, tejer.

También colocó un corazón en mis manos que me enseñó a utilizar una mañana cuando nos sentamos a las faldas de un cerro en una ciudad blanca y con su vieja guitarra fue tocando,
una a una,
todas las notas del pentagrama.

En los ojos me dibujó un camino y mientras lo hacia lo vi llorar.
Me mostró su lado humano
(Los héroes también son frágiles).
En mis pies depositó kilos de confianza y en el brazo me tatuó su firma,
y entre idas y vueltas de trabajos sacaste siempre un tiempo para dibujar en mi cara la sonrisa que faltaba.

Por eso,

por el empeño y el tiempo que invertiste,
las noches que no dormiste esperándome llegar,
los desayunos,
las rabietas
y las canas que he dibujado en tu cabeza,
por todo eso,

gracias papá.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Colectivo Salsipuedes


Amig@s! Este sábado 15 de septiembre nace en Pamplona el colectivo “Salsipuedes”.

Somos un grupo de jóvenes artistas con un mismo sentimiento en común. El colectivo nace de la necesidad de poder mostrar nuestro trabajo al público y poder compartir con ellos lo que llevamos haciendo desde hace muchos años. La idea principal es poder juntar todas las ramas del arte en general (Pintura, Escultur
a, Teatro, Música, Poesía… etc.) y formar una gran familia donde poder brindar diferentes opciones a la gente en un solo recinto. Con el tiempo, queremos ir desplazando esta idea a diferentes pueblos y ciudades. Y también brindar talleres a las personas que estén interesadas en iniciarse en el mundo del arte.

Este sábado 15 de septiembre, a partir de las 19:00 en la plaza San José, habrá una exposición de pintura y esculturas a cargo de Lázaro H. Cano y Ana Pagola Divassón. A las 21:00 Tendrá lugar el recital de poesía con Victor Zegarra Montes y la Gallega Celia Parra Díaz y para terminar la fiesta el cantautor de origen estadounidense Elliot Swauger y los franceses Agnès y Jordan.

Esperamos a todo el mundo que pueda asistir con los brazos abiertos y a las personas interesadas en formar parte de este nuevo colectivo no tienen más que mandar un mail a: salsipuedescolectivo@gmail.com y le explicaremos encantados todo lo que necesite saber.

¡Muchas Gracias!