lunes, 30 de octubre de 2017

He peleado con gente que quiero
y he alejado a todo el mundo en los últimos meses.
Mis días han sido más solitarios que el común.
Dejé de contestar llamadas,
pasé de los mensajes,
no leí el correo,
dejé a la gente lejos
y me aislé de todo.
Salí de casa,
empecé a cuidar de mí,
hice un viaje para darme un tiempo,
luego volví a la rutina,
pasé más tiempo en el ordenador,
apenas abrí las ventanas o encendí las luces,
dormí bastante cuando el insomnio me daba tregua,
fumé menos,
caminé más...
Echo de menos a mucha gente,
pero no la busco para saber cómo están,
espero todos los días que no mueran antes que mi orgullo.
Sólo eso.

martes, 24 de octubre de 2017

No ha dicho que me quiere

No ha dicho que me quiere,
pero cuando despierta me manda un mensaje de buenos días
con una carita sonriente y una taza de café en miniatura.
A mí se me pone la carita de tonto y le respondo con un
mensaje de voz diciendo: -serán buenos cuando te vea-.
-sexy- me responde,
-aunque parece que siempre estuvieras de resaca-
que acompaña con un mono tapándose los ojos.

No ha dicho que me quiere,
pero me manda memes que encuentra en las redes todos los días.
Dice que está creando una carpeta en el teléfono
con varios para poder enviarme siempre
y se me quite un poco lo de viejo amargado.

No ha dicho que me quiere,
pero cada vez que ve algo que le recuerda, o se parece a mí,
me llama asombrada como si se tratara de un caso paranormal.
Nos quedamos hablando de eso un buen rato,
riéndonos como dos adolescentes que se han escapado del colegio,
acaparando todo el tiempo que sea necesario.

No ha dicho que me quiere,
pero dice que cuando me ve sonreír le doy paz.
A mí su sonrisa me calienta como el sol en el verano
como una birra en cualquier bar que tenga vistas a su boca,
como una mañana de domingo donde amanecer es sólo entre sus piernas.

No ha dicho que me quiere,
pero no se molesta cuando le digo que no tengo ganas de salir
aunque a ella le estén picando los pies por bailar,
-está bien- dice, y se aparece en mi casa con una botella de vino,
el pelo alborotado y pantalón de chándal (no sabéis lo hermoso del paisaje)
-bailar, bailamos igual ¿no?
-Los ritmos que tu quieras corazón.

No ha dicho que me quiere,
pero recuerda la fecha exacta de nuestro primer beso
y de nuestra primera pelea
cuando yo no recuerdo ni la fecha de mi cumpleaños.
Y eso me encanta, dice que mantiene el equilibrio,
que es la parte “cabeza” de los dos.
Luego me abraza y nos vamos a celebrar,
cómo no.

No ha dicho que me quiere,
pero está escrito en cada marca que deja en mi espalda
y en los besos que coloca muy despacio sobre mi cuello,
como una firma, como un tatuaje que no duele, que te gusta.
A mí me encanta cuando tiene la lujuria entre los labios
y dice -venga poeta, encuéntrale otro uso a esa boca-.

No ha dicho que me quiere
y no pasa nada.
No tiene que decirlo,

hay palabras que las dices en un abrazo.

domingo, 22 de octubre de 2017

Lo sé.

Sé que hay días que levantarse de la cama es un coñazo, días en que solamente quieres desaparecer del mundo y pegarte un tiro en la sien, días que te levantas y no hay café ni cigarrillos en toda la jodida casa.
Piensas en el pasado, en tus proyectos caídos, en las personas que perdiste. Piensas en todas las cosas que podrías estar haciendo en este momento si hubieses elegido otro camino. Es entonces, cuando te pones a comparar tu vida con la de otras personas y te sientes el ser más desafortunado del planeta.
Y no te das cuenta, creo, que cada persona es un universo.
Todos tenemos nuestros miedos, nuestros pecados, nuestras angustias y ansiedades. Todos tenemos nuestro big bang interno donde se crean planetas y constelaciones, cientos de estrellas misteriosas.
Estás donde tienes que estar.
Has llegado a donde tienes que llegar en este momento.
Hacia dónde vas dependerá mucho de los hechos y de la trascendencia de tu vida pasada y de cuánto estás aprendiendo de la experiencia del presente. Y sobretodo del interés en tu propio universo interno.
No necesitas ser un abogado o un médico, o cualquier otra cosa a la que llamemos doctor para sentirte importante en el mundo. Sólo debes hacer lo que te hace realmente feliz, lo que quieras y elijas tú sin necesidad de que alguien más señale por ti. Aunque te llamen loco y la gente se ría de ti y de tus ideas "locas", o si te sale del coño despertar a las once de la mañana, porque cuanto menos tiempo despierto menos perdedor te sentirás. No importa si nadie te entiende. De verdad, no pasa nada. Puedes quedarte todo el día en la cama si quieres, no por eso serás considerado un vago, un bueno para nada. Haz lo que te haga feliz. De verdad, no te preocupes, todo esto demuestra que eres demasiado complejo para este mundo tan simplista.

sábado, 14 de octubre de 2017

Invertebrado

Ojalá no te acuerdes de lo que dije ayer,
ni anteayer,
ni antes de anteayer.
Que no te acuerdes que pienso demasiado,
que le tengo miedo al fracaso
y que fracaso porque tengo miedo.
Que no te acuerdes que soy impulsivo, dramático, maniático
y muchas veces caprichoso.
Ojalá no te acuerdes que me gusta estar solo,
que no me hace falta nadie,
que soy asocial.
Ojalá no te acuerdes que necesito estar a punto de perderte
para sentir que de verdad te quiero.
Ojalá no te acuerdes de la última noche que estuvimos juntos,
(porque no quiero que sea la última)
No te acuerdes del aeropuerto, del taxi, del "siempre llego tarde"
ni de lo que sentiste cuando me fui sin ti.
Ojalá no te acuerdes que existe el tiempo,
que no te gustan las relaciones a distancia,
No te acuerdes,
si quiera,
que estoy lejos.
Ojalá que no te acuerdes de agregarme a la lista de hombres que pasaron por tu vida.
Que pasarán.
Que pasé.
Ojalá hoy me vieras por primera vez
porque por primera vez soy.
Ojalá no te acuerdes que vas a olvidarme.
Sobre todo eso.

A estas alturas,
por favor,
no esperes que sea coherente.

Me siento estúpido,
pero no me importa.
Quiero creer que todavía tengo una oportunidad,
que todavía puedo arriesgar
y ganar,
que existe el todavía.

Quiero olvidarme de todos los planes que hice cuando me fui de casa la primera vez.
Quiero que estés en mi vida,
que seas mi vida,
porque nunca le tuve miedo a la muerte hasta que te conocí.
Quiero no dejarte pasar,
quiero recordar este momento sólo para pensar "lo logré, lo logramos",
si estamos juntos,
no necesito más.
Quiero que caminemos todos los caminos que quedan por andar,
que bailemos salsa, bachata, lambada, rock&roll
y todas las danzas que existen en el mundo,
que hablemos,
que viajemos,
que leamos,
que tomemos cerveza de pico,
que abras todas las botellas con el mechero,
que nos riamos,
que lloremos,
que nos hagamos cosquillas,
que juguemos a la lucha en el suelo,
que me ensucies,
que me despeines,
que me dejes cortarme las rastas para ponértelas en el pelo,
que nos abracemos,
que tomemos más cervezas.
Joder,
quiero hacerte masajes,
quiero que peleemos y nos reconciliemos pasados cinco segundos,
que hagamos ejercicio,
que follemos 24hs al día,
que me leas el horóscopo,
que nos bañemos juntos,
que volvamos a follar,
que desayunemos, almorcemos y cenemos juntos,
que cocinemos,
que me mientas diciendo que te gusta mi comida.
Quiero dormir contigo
y despertar contigo,
que duermas sobre mi pecho
o dentro de él.
Quiero que hagamos una lista infinita de películas por mirar.
Quiero que corramos y saltemos por los techos tomados de la mano.
Quiero vivir,
que vivamos,
que celebremos la vida.

(Quiero que me saques este nudo en la garganta)

Quiero sentir tu presencia,
quiero escucharte
y que me escuches,
quiero quererte.
Quiero que me presentes a tus padres
y hacerme amigo de tus amigos,
quiero ser tu soporte,
tu compañia,
tu fortaleza.
Quiero admirarte
y que me admires,
que soñemos,
que persigamos los sueños,
que los concretemos
y sigamos soñando.
Quiero
            pertenecer
                                a
                                    tu
                                         universo.

Me siento el campeón mundial de los estúpidos.
Pero no me importa.
Hoy no me importa nada,
nada más que tú.

domingo, 1 de octubre de 2017

No tengo nada que ofrecer.
Bueno, nada que sea tan espectacularmente bueno y emocionante que logre atraerte a primera vista.
De verdad, nada de diferente y especial al resto de humanos.
Nada que te haga decir al conocerme "coño, es el hombre que quiero en mi vida".
Pero poseo una cosa importante y compleja: un corazón del tamaño del mundo
y una voluntad de compartirlo más grande que él.