lunes, 27 de agosto de 2012

Salidas nocturnas


La luna fue testigo de la noche en aquel laberinto de
trogloditas que tuve que atravesar para poder llegar a
casa.

En ese momento las cervezas bailaban jotas a mi
alrededor y los cigarros tocaban el txistu y la gaita
mientras que yo,
                           como el rey,
me tropezaba con el bordillo de la acera.

No me da vergüenza caerme sobre mareas de mierda
desparramadas por el suelo,
ni me da vergüenza contarle a todo el mundo lo feliz
que me haces cuando me regalas un simple “hola”
y lo moribundo que me dejas cuando abro el portal y no
te veo entre toda esa multitud de gente deseando beber
                                                                    y yo beberte.
 
Ayer rechacé las muestras de cariño que te dan otras
manos incitadas por el alcohol
y cause unas lagrimas que se me clavaron en el pecho
como los dardos de semen que yo te lancé hace un
momento en mis sueños.
Las ganas que tengo de ti se desbordan por la cama y
ahogan las penas que,
                                  mientras duermo,
dejo en el suelo junto a mis zapatillas y a la ropa sucia
con olor a tabaco y perfume de sudor rancio.

Siempre que salgo tengo una lucha interna con mis
ganas y mis responsabilidades
y siempre ganan las ganas por la noche pero no por la   
                                                                          mañana.

Ya no vivo las resacas como cuando tenía veinte años y
me levantaba vigoroso de la cama
y podía salir a correr si quería
y me daban igual los amores y los líos de la noche,
ahora lo peor es saber que al despertarme estaré solo,
mirando el techo sin estrellas,
no quitándole ojo al móvil por si llega un mensaje en
cualquier momento ya que te anoté mi número en la
libreta de pedidos que tenias en el mandil negro que
odio tanto porque tiene más derecho a tu cintura que yo.

Y me levanto despeinado y con los ojos del revés
y la jodida resaca observándome desde la almohada
vacía donde solo quedan rastros de saliva con olor a  
                                                                      frustración.

Tengo siempre un deseo en la lengua que te da derecho
a desgarrarme el corazón si te da la gana.

Pero antes,
me voy a tomar un café.

lunes, 13 de agosto de 2012

Con los sexos irritados


Como dijiste esa mañana: los domingos son tristes
cuando los pasas solo.

No sabíamos muy bien si mirarnos a la cara o seguir
ocultando la vergüenza del no darse cuenta que la
bebida y la resaca nos habían jugando una mala pasada,

o quizá una muy buena.

Nos acercamos sigilosos como enamorados de una
presa suelta en el jardín de la locura,
con el sol quemándonos las cejas y el alcohol brotando
por los poros.

Y yo desnudo y tú desnuda,

nos fundimos en un encuentro de piernas mojadas y
manos confundidas,
donde el sexo se volvió compañía
y yo bajé por un instante la luna.
Me tropecé con la torpeza de no ver por primera vez
segundas impresiones
y para variar me dejaste impresionado,
con mis suspiros enredados en tu pelo rizado
y tu espalda arqueada tomándome por sorpresa.

Yo parecía un niño feliz en un parque de atracciones
dejando los miedos a un lado de mi cuarto.


Y después de salir del campo de fusilamiento de besos
decidimos saber algo más del otro.

Yo te conté de los malabares que hacia entre el teatro y
la escritura y tú me explicabas sobre la ciencia que
estudia la composición química de los seres vivos (que
ironía decir que moría de a pocos escuchando tu voz).

Nos asustamos creyendo perdidas cosas en la noche
y abrimos la ventana para mirar juntos el cielo.

Debo decir que de encuentros mundanos sé muy poco,
pero ahora me he vuelto experto en robarte sonrisas
y sin más preámbulo de palabras sueltas, decidiste
marcharte y yo prometí convertirte en poema.

La cama ahora está fría y me da pena por el empeño que
le pusimos en mantenerla caliente,
pero entiendo perfectamente,

que tú tienes tu vida

y yo tengo la mía.

viernes, 10 de agosto de 2012

Olé


Bajo de casa con mi perro y te veo llevando las copas del bar a la terraza,
de mesa en mesa,
y las personas, disculpa que no las cuente pero no es solo mi sueño el que va caminando,

yo suelto palabras buscando pre-textos para abrir mi portal y sentarme en una silla de la plaza donde trabajas y pedir:
10 cervezas, 4 caricias y  2 bocatas,
y de propina dejarte un universo de rimas envuelto en papeles de cuentas,
y perder la nostalgia y la vergüenza cuando te des la vuelta y yo pueda por fin respirar,

y a mi me dan risa los extranjeros que le toman fotos al ayuntamiento teniendo a su espalda una camiseta roja llena de deseos con una bandeja en mano sirviendo derrotas,  

Y es que me vas recogiendo miradas,
y robando suspiros ,

Y no te das cuenta que de camarera tengo ya la corbata,
y tú de ilusiones el mandil negro que envidian todos mis escritos.

domingo, 5 de agosto de 2012

El cuarto oscuro


Me he vuelto a esconder de mis miedos en un cajón de la cómoda que ya no uso.
He rosado por un momento la osadía de maldecir al viento simplemente porque no me supo escuchar.
A estas alturas de mi vida solo enciendo la televisión para sentir compañía  
y las caricias que le hago a mi perro son los reflejos de un espejo interior que escondí detrás de las costillas,
pero las de la espalda.

Para ser sincero,
las mañanas me carcomen las ideas de lo que tengo que hacer en el día y no quiero pensar que mañana es otro porque siento que el de hoy no lo estoy viviendo nada.
Y me vuelvo a cansar de las rimas,
del personaje literario que me voy creando en la barra de los bares,

y me vuelvo a cansar de mí.

Y la poesía o lo que mierda sea que escriba,
se convierte en ese cuarto oscuro del que siempre hemos escuchado hablar pero nadie en realidad conoce,
y vuelvo a violar mis ilusiones,
mis alegrías,
mis deseos de caminar por el peluquín de un señor que como yo va perdiendo poco a poco la ilusión.

Y la soledad es un juego de cartas del que nunca suelo ganar pero solo porque hago trampas,
y las derrotas son zapatos del traje que me pongo cuando salgo a la calle y sonrío fingiendo que este sábado tiene un sentido mejor del que yo le puedo dar.
  
Y me amarga el no saber nada,
y las preguntas flotan en el mar de mi cabeza pero no llegan jamás al puerto.
Y para colmo la sociedad me corta las alas y me tapa la boca para no poder gritar de manera descontrolada todo lo que veo,
como un súbdito de la monarquía que, para variar, tampoco la he visto de cerca pero se que mantengo con un dinero que no consigo.

Y entonces estoy, otra vez, hasta el cuello de deudas y en un laberinto que no tiene salida.

Las metáforas de mi vida se resumen en comer dormir y volver a morir cada segundo,

y pierdo las ganas de escribir,
y a mi lápiz se le rompe la punta entonces la tecnología me saca la lengua.

Y yo suspiro como si todo eso fuera a pasar por el aire que introduzco a mis pulmones que a la larga también (seguro) me va a matar.

No quiero sonar derrotista pero ahora mismo no soy el dueño de nada,
ni siquiera de mis derrotas,
y el gris de las nubes me persigue como en los dibujos animados que miraba cuando era niño y soñaba con ser sólo más alto.

Pienso seguir confundiéndome con la ropa cuando esta mojada o cuando esta fría,
y seguiré sin llegar al metro ochenta,
y seguiré escribiendo para introducir a otros al cuarto oscuro,

pero seguramente,
no seré yo quien los viole.

voy a...


Voy a inventarme historias fantásticas para cazarte el corazón de un flechazo como lo haría cupido,
y voy arrancarme la piel como deshojando margaritas y con mi esqueleto construirte una cabaña a prueba de malas palabras.

Voy a llenarte la boca de besos perdidos que el viento recoge,
y con mis deseos te construiré una escalera a la luna y serán los humanos los que lloren tu ausencia.

Voy a mostrarte desnudo los temores que escondo tras mi guitarra,
esos que hablan de mujeres perfectas y de cartas menstruadas.
Y en tu frente escupiré mi nombre para que no lo borre el olvido
y yo voy a tatuarme tus dedos al cuello por si un día falto a todo lo dicho.

Voy a taladrarme la nostalgia de cosas pasadas para poder construir contigo un nuevo futuro lleno de títeres pero esta vez sin hilos.

Quiero aclararte las noches y llenar de velas las mañanas que no trabajes,
y preparar el desayuno mientras finges no escucharme.

Prometo ser el héroe que mate monstruos que se esconden bajo la cama,
auque hay días que voy a preferir esconderme contigo bajo las sabanas.

Llenare de flores la casa cuando tengas frío
y voy a pasar mi brazo por tus hombros los días que descuidados contemos historias de fantasmas.

Voy a morderte las uñas y esperar que el tiempo pase para ver como cambia el sabor de tus sueños,
y arrugados, los dos, pasear de la mano por el parque de los suspiros.

Y después de morir prometo volver convertido en una paloma,
para picotearte la ventana y recuerdes siempre que estoy vivo,

no se como,
pero vivo.

sábado, 4 de agosto de 2012

vuela corazón


Teniendo en cuenta lo tarde que era y teniendo en cuenta el frío que hacia,
decidimos no tener en cuenta nada.

Te esperé en un baño a oscuras, hasta que nos encontramos al tacto,
o quizá por el brillar de nuestros ojos debido a unas copas de más.

Me susurraste al oído: ¿y si la liamos?

yo no podía hablar.

Sentía tu respiración al lado de mi oreja,
y sin querer o tal vez queriendo fuimos moviendo las cabezas hasta encontrarnos frente a frente.

¿Y que paso? Te estarás preguntando.

La verdad, no lo se.
En ese momento me encontraba volando en un globo aerostático.

treé


…y me lo dijo con esa sonrisa pícara que solo ponemos los que sabemos mentir: aún no lo sabes, pero yo soy un poema. - Si lo sé, pero yo nunca corrijo un poema que está conmigo debajo de un edredón…

Indomable


Hoy hemos jugado a ser dos desconocidos en un bar del barrio.
Nos mirábamos de reojo y nos enamorábamos en cada suspiro

De lejos, he señalado con el dedo cada punto de tu cuerpo donde te he besado
y tú sonreías y ponías esa cara de niña traviesa que tanto me gusta.

Mientras me mirabas, yo te follaba los pensamientos y me corría de ideas sobre tu cuerpo.

Y como dos bestias indómitas nos hemos tirado a mordernos los cuellos para meternos desesperados a ese palacio de noche llamado baño.

Con el seguro puesto en la puerta,

he nadado entre los tatuajes de tu brazo y he descubierto los duendes que llevas en los pechos,
esos que me dicen cosas al oído cuando me recuesto sobre tu vientre y tu dibujas huracanes sobre mi pelo.

Hoy hemos jugado a ser dos desconocidos.

Hoy,
hemos jugado,
a ser conocidos.

días ningunos

Dándonos noticias el uno del otro, 

Cómo estas? 
Y el verano sin mi parece invierno?

de todos los ojos que me miran son los tuyos los que más extraño,
y eso que no tenemos costumbre de vernos. 

Así son los informativos de nuestra conversación, 
el tiempo se convierte en un interminable de miradas al reloj y vaciadas de comida, 
donde la calle es la única salida al vacío de la melancolía y la muerte. 

Tengo ganas de ti. 

Si, 
hoy, 
quizá, 
cambie de canal.