Hazlo despacio.
Yo también quiero estremecer.
Y todavía no, recién estamos pactando las reglas del juego.
Lo voy a buscar.
Si lo encuentro, lo morderé hasta llegar al hueso.
Hasta llegar.
No te preocupes que tengo bien amaestradas a mis irresponsabilidades.
que me encanta.
Y si puedes, háblame también en francés.
No.
Mejor házmelo.
pero estas ganas que te tengo no las puedo expresar de otra manera,
porque sería como besarte con mascarilla
o follarte con preservativo.
pero voy a arrancarte la ropa.
Tengo vocación de perro cuando estoy a tu lado.
que tus piernas sean mi cárcel.
No me dejes ir más.
Prométemelo.
Deja que me descontrole y me pierda en tu piel,
tan suave por todas las cremas que usas y yo tan áspero desde que ya no te tengo.
Estocada tras estocada,
de gemidos honestos,
de humedad en humedad.
Ponte como quieras,
que a bailar aprendí contigo.
Déjame ponerme detrás tuyo y estrujarte hasta que no sepamos dónde empieza uno y dónde termina el otro.
¿Y contarte los lunares con la lengua?
Lo haré suave, lento y apretando.
Hasta hacerte dudar de los últimos años y de los últimos hombres
que no fueron yo.
Disfruto como un niño con juguete nuevo.
Mira como me muerdo los labios.
La cara de estúpido que disimularé cubriéndome con la almohada será inevitable.
A estas alturas, que no hayas estallado de risa es un detalle.
O disimulas muy bien.
O dentro de él.
Yo prometo protegerte de todo mal sueño que pueda arruinar la noche.
Un último beso y una mirada a tus ojos cerrados.
sigo sintiendo que te quiero.