Ya estoy de vuelta en España abuelo.
El viaje fue largo y tedioso, pero lo
pude soportar gracias a una mujer mexicana que me habló de su vida y
me enseñó a tejer con ganchillo en el avión. Se llama Alicia y
quiere que sea su yerno, dice que su hija y yo somos almas gemelas.
Aún no entiendo que ha visto en mí
para que diga eso.
Pero me alaga.
Por aquí todo anda igual: la gente,
los bares, el verano que se resiste.
Mi compañera de piso me ve más
risueño, yo también me siento así. Será por el chute de familia y
amigos que he tenido estos días.
Si te soy sincero me ha costado un
montón volver, quería que algo pase para no subirme de vuelta al
avión.
Cuando entras en lo profundo de algo
ese algo lo contiene todo.
Pero está bien, hay cosas que tengo
que cerrar aquí. Ya sabes, historias, capítulos, blablabla...
Estoy motivado, tengo entre manos una
nueva obra de teatro que quiero montar y desde que he pisado tierra
no he dejado de escribir. También está mi nuevo libro, creo que te
hablé de él. Esto hará que me mantenga fuerte en tierras donde
todavía me siento extranjero.
Ha sido bonito verte abuelo. Eres un
viejo duro y fuerte. Aunque ya no camines yo te he visto andar, has
pasado por encima de mi tristeza rompiendo el laberinto de espejos
donde estaba atrapado. Sin decir nada, callado y sereno como te
recuerdo.
Ojalá me hubiesen dejado sacarte de
ese maldito hospital donde estás preso.
Llevarte a ver las calles y las flores
que no hay allí, comprarnos chocolates y sentarnos frente a la playa
y seguir escuchando tus historias de cuando eras militar. Con lo que
a ti te gusta.
Seguir mirando tu rostro de melancolía
recordando a tus compañeros que ya no están entre nosotros.
Me hubiese gustado quedarme un poco más
de tiempo y verte mover todos los dedos, sentirme orgulloso de cada
logro que haces en tus terapias.
Ayudarte a volver a escribir, que lo
estás haciendo muy bien. Mi madre dice que eres un niño con un
cuaderno nuevo.
Tú me has enseñado mucho y yo aprendo
muy mal.
Todavía me emociona el recuerdo:
Yo empujando tu silla de ruedas
y tú diciendo: Vamos hasta Barcelona.
Qué curioso, al final lo conseguí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario