esperándote.
lunes, 28 de octubre de 2013
Para empezar a querernos.
esperándote.
martes, 22 de octubre de 2013
La más cruel de las distancias.
observando como se aleja el coche de la persona que él creía
domingo, 20 de octubre de 2013
Diapositivas de tu pregunta.
miércoles, 16 de octubre de 2013
Una y otra vez.
Te voy a regalar este escrito para que lo guardes en tu cajón de la ropa interior a tres bragas de mis suspiros y lo leas las veces que quieras,
o lo utilices como diana en tu armario cuando llegas de fiesta y sólo te da por lanzar los tacones a matar.
Quizá para que lo arrugues en el bolsillo de tu chaqueta imaginando que tienes en tus manos mi corazón,
o para que te cubras con él las noches que tengas frío y no esté yo para abrigarte poniéndole acento a tu nombre.
Te lo regalo para que se lo leas en voz alta a tus amigas y se lo recites de memoria a tus padres,
o a tu perro,
o lo utilices como lista de la compra los días que no sepas muy bien qué cocinar.
Puede que te sirva como avión si necesitas fugarte después de un día malo en el trabajo,
o como estrella fugaz si lo lanzas por los aires en el cielo de tu habitación.
Quiero que tengas algo de mí sin necesidad de complicarte las mañanas si un día no te llamo,
sabes de sobra que en mi cabeza no entran más pájaros porque está llena de ti.
Y tal vez necesites un abrazo una tarde de tormenta,
o gominolas antes de leer esas novelas fantasiosas que cuelgan de tu mesa de noche,
o una copa de vino cuando tengas ganas de hablar de nosotros
y yo no esté.
Por eso te lo regalo,
para que sea tu sueño en mitad de la siesta,
el deseo que pides cuando arrojas una moneda de espaldas a la fuente,
o el momento preciso cuando cierras los ojos y te dejas llevar con las manos.
Y te lo envío con todos los hormigueos que me recorren cuando te pienso,
con tres de azúcar en el café,
con los besos de buenos días que te debo
y con el te quiero que no puedo retener más tiempo en la boca.
Hola preciosa,
esto es para ti.
(una y otra vez)
Victor.
jueves, 10 de octubre de 2013
Si me sigues mirando así tendré que besarte.
por hacer odiar a mis ojos cuando no te buscan
martes, 8 de octubre de 2013
La mujer del tiempo me habló del invierno
Tengo una infección en la piel desde que nadie me acaricia.
Y cuando digo nadie quiero decir tú.
Este invierno será un constante constipado por el frío que ha nacido en el agujero que has dejado en la cama.
Tendré que comprarme unos calcetines de lana gruesos
o hipotecar mi cariño por una buena calefacción.
No hay como el calor del cuerpo en otro cuerpo,
aunque sea sucio y no sea el tuyo,
pero nada que un par de cervezas no engañe los sábados.
Tengo los huesos de cristal y me basta un ligero aire para romperme en mil pedazos,
ni qué decirte del corazón,
voy regalando los trozos que me quedan a minifaldas y tacones desorientados,
ellos me mienten diciéndome guarradas al oído
y por un momento vuelvo a flotar entre nubes de alevosía mientras reconstruyo los tú y yo imaginarios.
Pero es difícil arrancarme tu perfume de la memoria,
es imposible no sentir el sabor de tus labios en la taza del café.
Y me dueles en el iris de los ojos desde que ya no te veo,
y me dueles en las palmas de las manos desde que ya no te toco,
y me dueles en el pecho desde que ya no me quieres.
Todo me sabe a nunca
y nunca me sabe a ti.
Y voy a montar una revolución en las orillas de mis ojeras con pancartas que hablen de tu sonrisa,
y llenaré las plazas de tu ombligo con nuestros hijos perdidos en la ducha buscando los motivos de tus piernas,
y sacaré a relucir los abrazos que guardo en los bolsillos que no te llevaste,
porque son para ti.
Y me basta tu recuerdo para que en mi cuerpo empiece a llover.
Y me basta la distancia para empezar a temblar.
Es invierno y hace frío
y joder,
yo sin calefacción.
miércoles, 2 de octubre de 2013
Comic
Sigo esperando el después hablamos escondido en los minuteros del reloj de tu muñeca
y del tiempo que pediste sólo queda la mitad de una pizza llenándose de moho en la refrigeradora.
Siempre es de noche en esta habitación fría,
las mañanas se escaparon junto al click de una puerta.
Y aquí me tienes,
respirando soledad junto al humo de un cigarro que se consume lentamente en el cenicero.
En la mesa de guardar sueños ajenos y colocar una lámpara que ilumine el despertar de la lectura,
la desgracia de una goma sin tu pelo está esperando, impaciente, que un día regreses, la enredes con tus manos y llenes de motivos su existencia,
como el adjetivo correcto al lado de tu aroma,
como mis pies rozando los tuyos debajo de la manta,
como el abrazo de 'a la noche vuelvo a verte'
Y entre tu lado derecho de la mesa de contarnos desayunos
y entre mi lado izquierdo del pecho donde colecciono tus gemidos,
existe una caricia perdida buscando el roce de tus piernas.
Y la libertad me sabe a escombros
y tu risa a una gaviota atrapada en lo profundo de la memoria.
De lejos veo el plan perfecto que juramos después de un encuentro furtivo en la ducha,
donde se mojaban los intrusos de una noche aferrada a las intenciones de abrazarnos hasta que perdamos el aliento,
soltando en voz muy baja el respeto que se tienen las parejas que se aman,
aferrado a los despojos de la ropa por el suelo,
ordenando los zapatos y tus bragas después de insultarnos por no subir la tapa del inodoro.
...tus ojos me saben a distancia...
Y ahora que tengo claro que de mayor quiero ser un barco
y navegar en las mareas de tu cuerpo,
ahora,
es cuando me doy cuenta,
que el click de aquella puerta
fue el "boom" de mi cerebro.