jueves, 10 de octubre de 2013

Si me sigues mirando así tendré que besarte.



Te voy a poner una orden de acercamiento
en la comisaría de los sueños
por aparecer tanto y sin permiso,
y en la reja de cualquiera de tus pijamas
colgar los suspiros que me salen de la boca.

Te voy a denunciar por jugar con mis ganas
en las laderas de tu escote,
por usar el cruce de tus piernas como distracción
y ocasionar accidentes en las vías de mi pecho,
por hacer odiar a mis ojos cuando no te buscan
y a su estúpido parpadeo cuando estás delante.

Te voy a querer a oscuras y a la fuerza,
y en la sala del interrogatorio de la noche
plantearte los motivos para que te quedes,
usar mi alma blanca para apuntarte entre las piernas
y de los escalofríos sacar hipótesis
del por qué si eres sexo con amor no dueles.

Te voy a enamorar todos los días como rutina
y le cambiaremos de nombre a las costumbres,
que si tú te pones dos coletas
y bragas blancas buscando la paz
yo prometo darte guerra en todos los rincones de la casa.

Te voy a dejar mi corazón por si lo olvidas
en los bolsillos de tu chaqueta,
que tu nombre lo tengo tatuado ya
como contorsionista en la memoria.

Y te voy a dibujar dos alas y una cuerda.
Ahora piensa tú lo que arrastras.

Si te alejas.

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