lunes, 28 de octubre de 2013

Para empezar a querernos.

Para empezar a querernos deberíamos sonreír
si nos encontramos una tarde en la calle por casualidad,
saludarnos con un gesto tímido,
preguntarnos como nos va la vida
o si nuestro amor está anclado en algún puerto,
buscar excusas para mantenernos en un mismo pedazo de tierra,
luchar contra el tiempo y las cosas que creíamos importantes ese día
hasta que nos vimos,
yo con una camiseta de rayas quizá
y tú con una falda que críe primaveras en cada uno de tus pasos,
intercambiaremos los números de teléfono
y nos despediremos con dos besos y el sabor en las manos de tu tacto.

Para empezar a querernos te llamaré un día cualquiera
y te pediré encontrarnos en un bar de noche,
tú me dirás que sí y yo me quedaré sin aliento,
nos pondremos esos trajes que incitan a desabrochar botones
y llegaremos puntuales a la cita con un porvenir como cielo,
con los nervios corriendo como una estampida de leones,
con los sueños metidos en dos botellines de cerveza
hablaremos de los miedos,
de lo mal que nos sientan las despedidas,
de los libros que solemos leer cuando queremos desaparecer de la tierra,
o de las películas que miras un domingo en el sofá y en solitario
y por un instante nos sentiremos protagonistas de una de ellas.

Para empezar a querernos tocaré el timbre de tu casa por sorpresa
y te pediré disculpas por no avisarte antes,
tú me dirás que no necesito invitación para hacerlo
y me llevarás a lo que será nuestro rincón favorito del planeta,
y entre el juego de mirarnos de reojo dibujaremos la sed en los labios,
un huracán hecho a la medida de nuestra altura
nos empujará a besarnos como dos adolescentes,
repitiendo nuestros nombres en voz muy baja
tallaremos la silueta de nuestros abrazos en el aire,
me invitarás a conocer tu cama y yo no podré negarme
y las escaleras nos parecerán eternas,
pero una ves adentro,
me quitarás la camiseta en mitad del pasillo
y yo te bajaré la falda con los dientes.

Para empezar a querernos tendremos que contarnos
los lunares con la lengua y saltar al abismo de la mano,
buscarnos las cosquillas en todos los rincones del cuerpo
y desayunar napolitanas de chocolate en las resacas,
tendremos que conocer todos los bares y sus baños
donde dibujaremos nuestros nombres con sudor en las paredes,
planificaremos viajes,
dejaremos que el futuro nos atrape en las esquinas,
nos revolcaremos en los parques deseando compartir el mismo techo
y creeremos en la magia a partir de ese día.

Para empezar a querernos
primero deberíamos conocernos,
así que por favor,
no dejes de sonreírle a la gente en la calle
que escondido entre uno de ellos
estoy yo
esperándote.

No hay comentarios:

Publicar un comentario