domingo, 6 de enero de 2013

Ciclotimia

El neutro de tus ojos es un nido de cuervos que juegan a picarme las palabras entre versos y labios de un mismo tono,
lengua afuera como gusanos,
y tu piel turquesa entre el sueño y el asfalto de una calle paralela a tus abrazos.
Crecen avispas como ideas que revolotean entre tus cabellos ondulados colina abajo,
ahí donde se pierden mis deseos,
cosquillas en el dedo derecho del verbo "correr"
pero siempre entre tus piernas.

Un bus que se aleja tras la ventana de un palacio fumigado de silencios,
cantos sin sentido sobre los latidos de un sueño envuelto en primaveras,
un rollito de carne, sudor y cuentos que muerdes mientras te lloro mis olvidos
y mis penas.
Déjame el carmín de tus labios tatuados en la ingle
y grita,
grita como siempre,
grita como nunca
grita hasta quedar afónica
y vuelve aquí abajo.

Perdido, cabizbajo, tasiturno, timorato.

La fe de errata de tus manos tocando el asustado deseo oculto en lo profundo de mi estomago,
la barra espaciadora de tu mirada buscando mi bragueta,
los diamantes masoquistas de adioses corriendo como sangre por las venas,

deja que fluya,
no pienses tanto,
quítate la ropa,
los zapatos,
la cabeza.

Bienvenida al extraño mundo de las palabras,
sin imágenes ni márgenes de beneficio,
un juego de dados sobre el tablero de un quinto piso lleno de animales salvajes arañando la presa.
"Quién te ha visto y quién te ve" me pregunto,
mientras me quito el disfraz de super héroe derrotado por tus braguitas en el suelo.

Solo me queda la soledad de la saliva como un chicle gastado en la boca.

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