sábado, 26 de enero de 2013

Tarde o temprano

Lo que se vive dentro y lo que se calla fuera,
ese no saber que hacer cuando todo es un mar de sensaciones.
A veces confundimos la costumbre con amor y el pasado con el presente.
Tenemos las manos desnudas siempre cuando hace frío,
los codos gastados de tanto pensar y soñar con ese oasis perdido

que yo  encontré en tus ojos.

Somos como una cueva en un día de lluvia,
calentándonos con los suspiros de cariños guardados,
contando todo en silencios
y aferrándonos a ese puto milagro que es estar vivos.

Mi casa es una carta gigante que me recuerda cada rincón donde nos besamos,
compartiendo cigarros y haciéndonos caricias bajo la manta,
descifrándonos en cada crucigrama que bajaba por tus mejillas.

Y yo pensando que no existía un lugar perfecto en el mundo hasta que te metiste debajo de mis sábanas...

¿cómo es posible que no estemos juntos?

Entre tanto perder y sentirme perdido había olvidado lo que era sentirse hechizado
y tú vienes con toda esa ingenuidad,
con toda esa magia y los trucos que hacían los magos cuando era niño,
con esa ternura que emanan tus pasos cuando estas actuando.

Tu nariz fría,
tus piernas enredándose con las mías,

"¿Me das la mano?"

Joder,
toma mis brazos,
mis ganas
y mi vida.

1 comentario: