domingo, 30 de diciembre de 2012

Re-caída

Tengo ganas de tantas cosas que a veces no soy capaz de asimiliar la sencillez de una lista de espera,
y me pongo a driblar poesía en la puerta de cualquier bar como quien busca una pepita de oro entre el fango de una falda a las 3 de la mañana.

Y me desespero al ver que mis manos aun estan vacías,
que tengo los ojos hundidos de tanto trasnochar pensando que no estoy logrando mis objetivos,
que me pueden más los cigarrillos, las cervezas y los escritos.

Que la mierda me llega al cuello.

Siento que soy un muñeco olvidado en el baúl de los recuerdos,
que ya pasaron mis cinco minutos en el programa de moda,
que mi sonrisa ya no ilumina ninguna calle
y ninguna farola.

Veo como pasan los años y me pregunto: ¿en qué he perdido tanto el tiempo?
me siento tan solo y muchas veces, cuando nadie mira,
limpio las lágrimas de un rostro que ya olvidó lo que es reír.

Quién fuera paloma...

Enséñame a pintar la pared con las dos manos,
a no enamorarme tantas veces y a cada rato,
enséñame a mirar el cielo y no pensar como los caballos.

Dime, tío, dónde está eso que tanto se me esconde,
dónde termina el precipicio y nacen los bosques,
dónde guardó mi madre el remedio para la nostalgia,
dónde puedo comprarme un nuevo corazón
y un nueva mirada.

anda, dime...

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