miércoles, 12 de diciembre de 2012

Alegato

...y al final nos marchitamos antes de florecer...

Como quien busca tréboles de cuatro hojas,
obsesionado y confundido,
con una cerveza en mano y un pronóstico de partidos
aún no jugados,
bien peinado dentro de lo que cabe,
te esperé.
Llegaste tarde para no romper con la rutina porque tu
risa la puedes usar de justificante
o al menos a mí me vale.


Yo bajé con la cara limpia de tristezas para poder
hacerte feliz.
Con mariposas en el estómago,
con los nervios de un adolescente ante su primer polvo,
como aquella mañana que te escribí para decirte que sí,

que vale.


No fuimos diferentes pero si distantes
y yo siempre lo he preferido al revés.


Aun así, caminamos con la intriga entre las piernas y en cada
paso dejábamos rastros de cenizas intentando mantener
a flote lo que ya no arde.
Lanzando salvavidas en cada palabra,
"prometo no prometerte nada"
y al final te prometí todo.
Te escribí en un papel mis ilusiones y te pedí muchas,
quizás demasiadas oportunidades.


Y dentro del bar causaron un terremoto tus labios,
un tsunami en cada parpadeo de ojos
y yo con una balsita tan miserable,
con unos remos de corazones y unas maletas bien
grandes,
te tomé la mano y quise inútilmente rescatarte.

Y casi sin venir a cuento,
me dijiste que a ti las flechas no te hacen daño
y con la crueldad de tu pasado y las dudas del presente
como cómplices de tu futuro,
colocaste los ladrillos de un muro imaginario.


Y a pesar de todo y confiando en nada,
decidimos tomar como última aventura el aeropuerto de
mi casa.


Y me dejaste solo,

con un paquete de tabaco y un ‘te busqué’ en los labios,
tomando el primer avión con destino a la derrota.
Y desde tierra me gritaste:
Adiós Victor, sabes de sobra que yo no soy de volar,
buen viaje.


Y sé que no tengo las manos grandes,
ni la espalda ancha,
ni la sonrisa perfecta.
Sé que soy sincero con las personas que me importan y
al resto simplemente no las cuento en mis historias,
sé que el traje de novio me queda grande
y que los pelos de los animales te dan alergia,
pero creo que no te diste cuenta que debajo de mis
sábanas sólo entran las personas.

Así que me voy con un buen sabor de boca,
sabiendo que lo que te dije,
lo dije desde adentro.

Quizá yo me lo pierdo o quizá tú no lo vales.

Quién sabe.


Y como epitafio de nuestra historia:
recuerda que fuiste musa
y ese cargo no se lo dan a cualquiera.

3 comentarios:

  1. Hay dios... no te conozco personalmente y creo que estoy enamorada de ti.
    No dejes nunca de escribir. NUNCA!!!

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  2. Mira a ver si aquí lo explica bien http://www.oscargp.com/2008/09/suscripciones-por-email-en-blogger-y-wordpress.html
    Besos

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