miércoles, 4 de marzo de 2020

mes 5 antes de la paternidad

Le duele la espalda, me mira con cara de niña inocente por las noches, como si en cada bocado de aire pidiera un poco de tregua. Y es en ese momento, que saco bandera blanca y nos entregamos a la paz. Se da la vuelta y con mis manos intento aliviar un poco el jodido dolor. Se duerme y yo la miro, y la miro... Siento tanta admiración, por lo valiente, por no dejar nunca de sonreír. Con ella la felicidad parece tan fácil, cosa de adjetivos. 
Ya da patadas y en la última ecografía lo vimos bostezar, tan pequeñito y abría la boca como llamando la atención, como diciendo "estoy aquí, todo va bien". Sigue todo sin síntomas y sin antojos, salvo el jodido dolor de espalda que ya os dije antes. El tiempo pasa rápido, y él crece grande, fuerte y auténtico.
Ya he visto un par de motocicletas para niños, un piano, tres libros que quiero leerle y todo lo que sirva para ayudarlo en la búsqueda de sí mismo.
Ah, sí, ahora se llamará Luciano. Nos ganaron el nombre de Lucca. 

Pd: disfruto las cervezas y algún que otro cigarrillo cuando tengo el tiempo. Son un puto manjar y así calmo mi lado canalla.

Peto.

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