miércoles, 4 de marzo de 2020

Mes 7 antes de la paternidad.

El tiempo pasa volando y a mí me arranca el cabello y a ella la sigue poniendo jodidamente hermosa. No sé por qué el clima se ensaña conmigo, con lo bien que lo he tratado yo. Supongo que es de purititos celos no más.
Algunos amigos han desaparecido del camino y algunas amigas también, les da más miedo la paternidad a ell@s que a mí, o eso quiero pensar. Igual nunca fui buen amigo de nadie, en realidad ni amigo fui y esto, supongo, son consecuencias de mis actos. 
Por aquí todo va bien. Luciano crece fuerte y sano, se mueve cada vez que escucha mi voz, le toqué la guitarra y parece que le gusta, tengo ganas de darle una vuelta en mi moto y por qué no, ir juntos en algún momento a comprar la suya. 
La Psicoprofilaxis ha terminado (al menos para Diana y para mí) cantando una canción "cabeza, tronco, rodillas, pies" y mi chica le mete todas las ganas del mundo y eso a mí me vuelve tonto de amor a pesar de mis mil caras de ogro. 
Será cesárea, ya nos lo dijo el doctor por algunas complicaciones, nada grave, pero cesárea al fin y al cabo. Tampoco nos asusta, estamos en modo gladeadores con todo este asunto.
Nos pasamos el tiempo libre viendo cunas, biberones, cochecitos, mesedoras... me gusta pasar el tiempo así, la verdad no sé cómo describirlo exactamente, pero me pone una sonrisita que no me vi en los bares a las 5 de la mañana.
Y sí, estoy (después de mucho tiempo) siendo feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario