Es
primavera pero la ciudad no deja de ser gris.
Y que
el sonido de las bocinas de los coches,
la
gente que consume carteles en grandes centros comerciales,
los
ciudadanos de abecedario,
los
pocos carriles bicis,
el mar
del pacífico que baila enfurecido,
la
ciudad limpia,
las
calles sucias,
los
pocos niños que quedan jugando en la calle,
los
extranjeros asustados por personas que visionan el futuro,
la
mirada tierna de los de provincia,
el
pueblo que ama la naturaleza,
los
perros que buscan la basura,
el
seguridad que te pide documentos para no molestar a los de arriba,
las
montañas a lo lejos,
los
cerros vestidos de casas,
las
calles de colores de Barranco,
el
opus dei,
el
chico tatuado,
los
grandes teatros,
los
pequeños colectivos,
los
borrachos famosos...
Todos
me pregunta por ti
y yo
ya no sé qué contestar.
Supongo
que eso tienen las chicas guapas:
que se
hacen esperar.
Y no
le queda más remedio al macarra de turno
que
creerse súperhéroe
y
seguir salvando a esta latinoamérica del sin ti.
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