miércoles, 18 de abril de 2018

Me prometí que está vez todo sería diferente: nada de acelerarse el corazón cuando te vea, nada de sorprenderme recordándote con cara de idiota, nada de echar de menos tus abrazos, nada de dolor de barriga cuando me vibre el teléfono con tus mensajes...
Vamos, nada de sentimientos.

Entonces,
sonreíste,
y mis promesas
se fueron a la mierda.

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