domingo, 8 de abril de 2018

Ilusiones

Estaba hecho mierda... pero aguanté cada puto segundo de mi existencia sin ti.
No fue nada fácil por si lo pensabas, no lo fue.
La peor batalla no ha ocurrido contigo, sino sin ti.
Pasé mucho tiempo por los suelo sin nadie que me tienda una mano o una birra, que me diga -o te levantas, o te levanto- y a empujones me ponga nuevamente de pie.
Estaba roto, hecho pedazos, no había nada rescatable de ahí. Tuve que levantarme solo como ya lo he hecho otras tantas veces por culpa de este olfato de perro para las cosas que me hacen daño.
Aguanté noches de insomnio, de no dormir hasta que los ojos duelen, de contar ovejas con números que no cabían en mis manos.
Entendí a la fuerza el significado de la palabra eternidad.
Escuchaba a esos jodidos cantautores que tienen dagas en lugar de letras, leía frases de personas que... en fin. O miraba tus fotos en el intento desesperado de suavizar tu ausencia. Algo tenía que ocurrir, pero todo era en vano. Cada vez que lo hacía el pecho me apretaba como si un puño me entrara a la fuerza, como los cientos de mensajes guardados en el eco de la desesperanza.
A nadie le importaba, a nadie, ni siquiera a mí.
Joder, y pensar que hablábamos con tanta certeza del nosotros, con tanto amor que parecíamos protagonistas de alguna estúpida película romántica.
Todo era perfecto y yo siempre le tuve miedo a las cosas perfectas, todo era hermoso y horrible por igual.
Vivimos en una ilusión, en la utopía de los que están condenados a perder. Y cuando todo se vuelve real, cuando los sueños tocan tierra, existir pasa a ser una palabra sin definición en los diccionarios.
Supongo que no tienes ni idea de cómo me sentí y desperté los días siguientes.
¿Sabes qué era lo patético? Que todas las noches esperaba una llamada tuya, o un puto mensaje diciendo que me echabas de menos, que todo estaba bien. Obviamente nada de eso pasó.
Nadie entiende ese tipo de dolor hasta que lo experimenta.
Y hoy, después de otra caída, puedo decir con absoluta certeza, que nada es perfecto como parece. Al final, todo es una ilusión creada por nosotros mismos en la búsqueda desesperada del amor.

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