lunes, 1 de julio de 2013

Más allá de las posibilidades.

Despierta mi amor,
abre los ojos que hace una noche preciosa.
El viento me sabe a ti y ya tengo los pulmones llenos de ojalás.
Llevo tatuado en el pecho la marca de tus labios y todavía es muy pronto para dedicarnos recuerdos.

Es una noche preciosa y aún estamos desnudos,
con los nervios de cada nueva cita,
Sin vendas, sin excusas, sin cremalleras...
Las botellas se cansan de esperar vacías un gesto de gentileza,
un sorbo de sabiduría en cada 'te quiero' cuando ponemos las verdades sobre la mesa
y los codos,
y los sueños
y tus piernas.

Abre los ojos y mira con ternura el punto exacto de mis miedos,
el desequilibrio de las partidas cuando te ruego que duermas conmigo y espero sediento tus uñas clavadas en mi universo,
porque no conozco peor guerra que la distancia entre tus dedos y mi barba,
entre tu encanto de niña traviesa cuando ríes a la distancia y no precisamente conmigo,
ni de mí.

Despierta y salgamos a volar,
que se vaya a la mierda el mundo y todo su complejo,
su manía inquisidora de clavarte la rutina como dagas en la memoria,
volemos y olvidemos el cierto abismo de los cafés sin cafetera,
del silencio y su pragmatismo insípido de los te echo de menos imaginarios.

Despierta mi amor,
abre los ojos que hace una noche preciosa
y hoy precisamente,
somos tú y yo.

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