viernes, 14 de junio de 2013

Catástrofe.

He mirado por la ventana y el atardecer sonreía de lejos los días que no te besé,
porque en cada adiós se fueron nuestras lágrimas
y las ganas de mantenernos de pie sobre los muros de gestos imaginarios.
Mírame las manos sangrar de pesadillas,
de estocadas de películas sin un mínimo de argumento,
que jodida,
sabiendo de sobra que eres la mejor guionista
y yo precisamente no fui el mejor actor.
He comprado un trozo de tus mechones dorados que utilizo de atrapasueños
y en un frasco de vidrio colecciono todos mis suspiros.
Si supieras que te escribo,
que sonrío de milagros.
Basta un recuerdo para esconderme bajo la cama y ponerme a temblar
y no precisamente de nervios.
Las risas me roban el tiempo de tener un porqué ante tu rostro,
de tener una verdad con malicia
y engatusarte las noches que te amé.
Fingiremos catástrofes naturales bajo una manta reseca por sudores olvidados,
llenaremos los vacíos con cartas de amor desesperadas por perfumes de tabaco.
Dame tiempo y daño,
que puedo ser el mejor super héroe
y el peor villano.

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