jueves, 4 de abril de 2013

Eso.



Perdón, eso quería decir, perdón.

Últimamente tengo un nudo en la garganta que no me deja avanzar para ninguna dirección.
Es como si tuviera una soga atada al cuello
esperando impaciente que alguien patee el taburete donde estoy parado
y quede colgando entre sueños y cigarros liados a desgana.

Eso, perdón.

No sé exactamente porque te lo pido
pero creo que tampoco tengo razones para no hacerlo,

flaqueo, cielo, flaqueo
y todo me queda grande
y todo me da miedo

incapacidad de clavar mi bandera en una luna,
estoy pero no estoy, no sé si me entiendes.

Bueno, da igual, perdón.

Y no es olvidar, es otra forma de hacer las pases con los agujeros,
de lidiar con las pesadillas,
de sonreírle a la desdicha de no verte por las mañanas
con tu piel fina, tus labios de almíbar, tu cabellos rizados,
y todo lo que conlleva a la lujuria y al orgasmo.

Si las paredes hablaran me joderían por el oído,
y no me quedaría otra opción más que aguantar
como un soldado obligado a limpiar los baños con su cepillo de dientes,
como un pescador sin redes,
como un violador sin versos.

espera, mírame un poco,
sé que no soy lo que esperabas
y tengo tendencia al fracaso,
que de saltar ya no queda nada
y lo que es querer ya lo he olvidado,

pero…
nada.

Perdón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario