viernes, 2 de noviembre de 2012

Entre todo y nada.

Entre putas, drogas y borrachos.
Entre gente que quiere dormir y toma ansiolíticos como chuches.
Entre libros de poesía, noches de rock & roll y
mediocres de ultratumba.
Entre canciones de Joaquín Sabina y lágrimas de
cocodrilo.
Entre zombis, películas porno y actores de realities tan
tontos como yo,

llegaste tú.

Y duermo tanto pensando en tu aroma que olvido
recoger los secretos del tendedero
y es que todavía me aferro a sueños que llevan tu
nombre.
Sobrevivo a sábados sin tus pies fríos,
los domingos te los regalo porque sé que te gustan las
mañanas de paseos
y yo en cambio,
soy más de renegar y cruzarme de brazos.
Así que por la tarde, si quieres, nos juntamos y nos
sentamos en el puente para escupir a la gente frases
absurdas,
o mirar a los árboles contando las hojas pensando en
otoños.

Lo que quieras,


Siempre y cuando me dejes tomarte la mano y decirte
al oído todas mis intimidades.
Y miraremos con vértigo lo alto que hemos llegado
saltando entre las nubes que no borran sonrisas,
enredándonos hasta conseguir

el nudo perfecto,
    el punto de apoyo,
        el dominio del tiempo.

Crearemos de los garabatos muecas de
agradecimiento
y derrumbaremos puertas que esconden mentiras.

Y entre mis brazos dibujaré tu nombre
y entre tus piernas esconderé mis alegrías.

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