domingo, 22 de octubre de 2017

Lo sé.

Sé que hay días que levantarse de la cama es un coñazo, días en que solamente quieres desaparecer del mundo y pegarte un tiro en la sien, días que te levantas y no hay café ni cigarrillos en toda la jodida casa.
Piensas en el pasado, en tus proyectos caídos, en las personas que perdiste. Piensas en todas las cosas que podrías estar haciendo en este momento si hubieses elegido otro camino. Es entonces, cuando te pones a comparar tu vida con la de otras personas y te sientes el ser más desafortunado del planeta.
Y no te das cuenta, creo, que cada persona es un universo.
Todos tenemos nuestros miedos, nuestros pecados, nuestras angustias y ansiedades. Todos tenemos nuestro big bang interno donde se crean planetas y constelaciones, cientos de estrellas misteriosas.
Estás donde tienes que estar.
Has llegado a donde tienes que llegar en este momento.
Hacia dónde vas dependerá mucho de los hechos y de la trascendencia de tu vida pasada y de cuánto estás aprendiendo de la experiencia del presente. Y sobretodo del interés en tu propio universo interno.
No necesitas ser un abogado o un médico, o cualquier otra cosa a la que llamemos doctor para sentirte importante en el mundo. Sólo debes hacer lo que te hace realmente feliz, lo que quieras y elijas tú sin necesidad de que alguien más señale por ti. Aunque te llamen loco y la gente se ría de ti y de tus ideas "locas", o si te sale del coño despertar a las once de la mañana, porque cuanto menos tiempo despierto menos perdedor te sentirás. No importa si nadie te entiende. De verdad, no pasa nada. Puedes quedarte todo el día en la cama si quieres, no por eso serás considerado un vago, un bueno para nada. Haz lo que te haga feliz. De verdad, no te preocupes, todo esto demuestra que eres demasiado complejo para este mundo tan simplista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario