sábado, 22 de julio de 2017

Cuando era pequeño, me gustaba ayudar a mi madre a escoger el arroz antes de que lo cocine. Lo ponía todo sobre la mesa y escarbábamos con los dedos por largo rato. Ella me decía que tenía que dejar a un lado los que no estaban buenos, que tenía que separarlos bien para que no me duela la barriga de noche.
Desde pequeño mi madre me hizo entender que si algo no me hace bien, lo tengo que dejar a un lado.

Sirve para el arroz
como para las personas.

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