domingo, 14 de mayo de 2017

Mensaje no enviado

Nota 1.

- Te fluye tan fácil la poesía...
- La poesía no fluye, la poesía explota. Explota cuando se tiene algo con qué colapsar. Y yo constantemente tropiezo contigo.

Es domingo,
un día difícil.

No  quería levantarme de la cama, llevo una temporada con mucho ruido en la cabeza: estrés, duermo mal, escribo menos y esta estúpida manía de morderme las uñas como si estuviera buscando algo debajo.
He sacado una mano por la sábana y he pillado el teléfono por si había algo nuevo, cualquier cosa que me dé un poco de impulso. Bueno, en realidad para ver si habían noticias tuyas. Nadie había escrito, tampoco habían llamadas perdidas. Así que dejé el teléfono sobre la mesilla y me cubrí hasta la frente como si la sábana fuera un escudo protector contra el mundo.
Como un libro,
como un círculo dibujado con tiza en el suelo.

No funcionó del todo, resulta que la sábana no te protege de la memoria.

Me tuve que levantar.

Bueno,
eso.

PD: Cuando estoy contigo me siento igual que cuando puedo irme a dormir sin poner el despertador. Desde que no estás, no sabes lo difícil que se me hace conciliar el sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario