viernes, 9 de diciembre de 2016

Re-toque

Perdí todos los verbos en primera persona cuando el ego decidió abandonarme. Entonces, me topé contigo. Sin máscara, ni adorno. Sin forma, sólo con el fondo. Te vi sincera y real, como un humano cualquiera. Sin el dogma que te persigue cuando todos se rompen la mandíbula al mirarte. Fue mi miedo el que te habló y te abrazo aferrado a los últimos suspiros de una despedida, a las últimas gotas de una polla moribunda, a los ratos cuando el amor era cierto y era contigo. Te vi. Y no era el mes de abril del que tanto nos habló Páez, era un jueves cualquiera de un mes que seguro lleva tu nombre. No estoy acostumbrado a que el ego se emborrache y se vaya de putas, por eso, me encontré desnudo frente a tus piernas que seguro depilaste la mañana del martes. "Cómeme el coño" me dijiste al oído con la melopea en formato susurro. El índigo de tus ojos me declaraba la guerra cuando yo ya me había rendido. Olores de otras personas colgaban de ti como trofeos de caza. Tus cabellos rubios de cascada se opacaban con el pasar de las horas. Ahora, ya era un charco cualquiera. El pasado quedaba en recuerdo Y el presente ya era otro. Otros. No yo. Por favor, que alguien me devuelva el ego, ese que me hace ser un poquito hijo de puta, pero mejor persona.

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