jueves, 11 de diciembre de 2014

Mucho tiempo ocupado. Eso dicen.

Es que sin ti ya no sé lo qué es ser libre.

He empezado a dibujar con lágrimas corazones en las paredes
donde todavía quedan las marcas de tus uñas.
Me han quedado horribles,
nunca se me ha dado bien el artisteo.

Mi rutina sigue intacta como la dejaste:
contando el sonido de tus tacones antes de dormir,
con los pies fríos de tanto esperarte.

Viajar al baño como quien busca una excusa.
Lavarme el cuerpo.

Y la vida

Mente en blanco.
Ruido negro en la azotea.

Tu cepillo de dientes no lo he movido de su sitio,
es el único rastro de tu sonrisa que queda en esta casa.

Caminar descalzo y confundir mis huellas con las tuyas,
calcetines agujereados,
pijama de carne mordiendo el invierno,
y tus cremas de vainilla.

Salir del baño y llegar a la habitación,
arrancarme la memoria,
y dejarme caer en la cama creyendo  que vuelo.

Pero no.
Caigo.

La gente suele confundir caer con volar.
Yo el primero.

Una ametralladora de palabras en libros que sólo hablan de ti.

Ya no creo en la mesilla de noche que no hace más que contar mentiras,
ni creo en el vaso con agua de dudas,
ni en la lámpara que por más que frote no aparece el genio
sólo luz en la bombilla.

Y yo estoy tan lejos de todo eso...

Dar vueltas y vueltas en la cama,
ponerme el edredón hasta la barbilla
y sentir un precipicio en el lado izquierdo del infierno.

Por favor,
dile a tus demonios
que no duerman conmigo.

Si no vienes tú
con ellos.

1 comentario:

  1. ya he llegado para arañarte el alma, aunque solo queden ruinas de lo que algun dia fuimos, sabrás a estar alturas, que no me moví de tu lado...
    son tus palabras las k peinan mis desolaciones...y crei k estabas mas lejos de lo ahora te siento...

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