lunes, 11 de junio de 2012

arriba de la cama


Anoche salí a caminar para desbloquear
y pensar como comenzar esto.

Es muy extraño darse cuenta del tiempo que llevas escribiendo
tienes los dedos desgastados,
las plantas de tus pies se han tornado color ceniza
y las mañanas de lamernos las cabezas
van perdiendo poco a poco el sentido.

No se si agobiado por ese ir y venir de gente
me senté en una banca del parque,
cansado y con el corazón abierto.

Y como una brisa (de esos que entienden de primaveras)
te desarmaste a mi lado para hacerme compañía.

Hablamos de bicicletas, de flores y de música
tan contenta tú, tan risueña tú

como un crío chico que le enseñan a montar bicicletas
Así me quede con tu sonrisa.

La noche se me hizo corta.

Nos fuimos a mi casa con la vergüenza aun puesta de lo que nos esperaba,
si fuera por nosotros el camino de regreso podía esperar,
nos hubiéramos lanzado sobre esa misma banca sobre ese mismo parque,

Compramos unas cervezas y unos cuantos chuches.
 
La casa apesta a poesía, está en todas partes dijiste,
la mejor poesía eres tú,
y con las palabras jugadas nos fundimos en brazos inquietos
la noche para nosotros acababa de empezar,

al despertar ella ya no estaba,
y como un regalo de buenos días me dejaste un possit sobre la cama que ponía:

“La poesía
…no ha muerto”

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