domingo, 9 de abril de 2017

Matemática pura

Contigo,
divido la cama y las sábanas.
Una mitad para cada uno,
con derecho a dormir en el mismo lado
si las ganas te aprietan la cintura.

Divido las compras,
la pasta de dientes,
las cervezas.

Divido,
también,
mis historias de tres de la mañana
cuando no puedo dormir,
mis planes a corto plazo
y mis sueños cuando salto de beso en beso
por tu espalda.

Divido mi sonrisa
y mis miedos,
mis logros
y mis fracasos.

Divido mi vida.

Lo único que no divido es el corazón.
Porque eso,
cariño,
no tiene cómo dividirse,

ya
     es
          enterito
                        tuyo.

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